Para una convivencia fraterna todo grupo humano debe tener reglas, pues es frecuente que unos quieran explotar a otros, sea por la fuerza física, fuerza económica o poderío militar.
Celebramos hoy la solemnidad de la Epifanía del Señor, es decir, la manifestación y revelación del Niño Jesús al mundo.
Hoy celebramos la fiesta de la Sagrada Familia, ya que el 25 nació el Niño Jesús y ella se quedó completa: Jesús, María y José.
El deseo más intenso del ser humano es ser feliz y procura realizarlo por variados caminos. Las falsas alternativas rondan peligrosamente al espíritu humano, y no hay que dejarse engatusar por las vanidades ni tampoco por el aplauso de los aduladores.
Estamos en el tercer domingo de Adviento, que es llamado “Gaudete”, de “gaudio”, el gozo de la espera: debemos estar contentos, porque esperamos a nuestro Salvador, que vino, y viene, a caminar con nosotros, y nos muestra el camino correcto.
Celebramos en este domingo la solemnidad de Jesucristo, Rey del universo, y así encerramos el año litúrgico. El domingo siguiente empezaremos un nuevo año litúrgico, con el Adviento.