Si bien la calificación otorgada a Paraguay refleja estabilidad macroeconómica y gestión fiscal sólida, abriendo puertas a financiamiento más competitivo y nuevos inversionistas, también plantea retos regulatorios e institucionales para maximizar su impacto en la inversión extranjera y el desarrollo económico.
Torpemente, desde el Ministerio de Economía y Finanzas salieron a intentar desmentir, y hasta desacreditar, a un alto ejecutivo técnico de Fitch Ratings, una de las tres grandes calificadoras internacionales de riesgos, que explicó en un conversatorio por qué esa consultora no le ha seguido los pasos a Moody’s Investors Service en el ascenso de la calificación de los títulos soberanos del país al primer escalón del grado de inversión y, al igual que Standard & Poor’s, los ha mantenido dentro del grado especulativo. Todd Martínez, director senior y codirector de las Américas en el grupo de soberanos de Fitch Ratings, dio a los paraguayos un crudo baño de realidad durante el conversatorio virtual “Paraguay y grado de inversión: perspectivas económicas y lucha contra la corrupción”.
ZUBA, destacada desarrolladora inmobiliaria de Paraguay, logra un hito histórico al obtener la calificación de grado de inversión por Fitch Ratings, siendo la primera empresa de este sector en alcanzar este reconocimiento. Conversamos con Alejandro Zuccolillo, CEO de ZUBA, para conocer más detalles.
Desde el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) intentaron demeritar las declaraciones de un técnico de la calificadora Fitch Ratings, quien en el marco del Día Internacional contra la Corrupción, conmemorado recientemente, fue invitado a un conversatorio virtual de Paraguay. Sin embargo, además de dicho flagelo reflejado en la debilidad institucional, el especialista también citó otros factores que frenan al país.
Paraguay muestra avances en algunos indicadores vinculados a la inversión y financiación privada, pero enfrenta importantes desafíos en otros al comparar con la dinámica promedio de América Latina y el Caribe (ALC) y aún más con respecto a otras economías, de acuerdo el informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
En una nueva edición de Manos a la Obra, el arquitecto Ricardo Giménez analizó la calificación de nuestro país como grado de inversión, la cual se ve obstaculizada por la debilidad institucional y la corrupción desenfrenada.