La selfi es un subproducto de la investigación en aplicaciones de reconocimiento facial, que son un mecanismo de extractivismo de datos, pero también es rebeldía popular, resistencia popular, tergiversación popular de las herramientas del capital, y, sobre todo, construcción autogestionada de nuestra propia memoria gráfica, de nuestra propia galería y museo. Escribe Pelao Carvallo.
SANTIAGO DE CHILE. Los muros de la capital chilena están siendo testigo de la mayor ola de protestas de la historia democrática del país y se han convertido en lienzos improvisados donde decenas de artistas conocidos o anónimos plasman el descontento social en forma de graffiti, collage o afiche.
Acerca del nuevo libro, presentado este mes en la Alianza Francesa, del historiador José Arce sobre los 50 años del Mayo Francés.
A medio siglo de aquella oleada de protestas que sacudió el mundo con el rechazo común a la guerra de Vietnam, esa enorme cantera de experiencias sociales que fue Mayo del 68 sigue trayendo a escena la energía creadora del descontento.
El colorido mural pintado por un artista argentino de la organización “Latido americano” fue cubierto por la propaganda proselitista de los cartistas Carlos Núñez (senador) y Carlos Viveros (diputado), violando, además, la ley electoral.
Durante la jornada inaugural, los grafiteros Oz Montanía y Rolo Ocampos decoraron la pirámide que montó la firma Diesa en su stand.