24 de diciembre de 2025
Si se confirman las sospechas expresadas por el diputado colorado Mauricio Espínola acerca de créditos otorgados por Ueno Bank a empresas de su mismo grupo corporativo, estaríamos ante un escenario sumamente peligroso que ya se vivió en Paraguay en la década de 1990, con terribles consecuencias. Como regla, los bancos no deben prestarse a sí mismos con el dinero de sus ahorristas. Si lo hacen, solamente lo tienen permitido hasta un porcentaje pequeño de sus carteras, lo cual debería ser aun más estricto en una entidad cuya mayor fuente de depósitos es el sector público y el Instituto de Previsión Social. Según la información que maneja el diputado Espínola, esos límites se traspasaron con maniobras elusivas y con la complaciente vista gorda del Banco Central del Paraguay. Si hay algo con lo que no se puede jugar es con el dinero de los ahorristas, públicos y privados, en el sistema financiero.