Diez años después de la intervención de la coalición militar liderada por Arabia Saudí en la guerra civil del Yemen la guerra allí atraviesa un impás marcado por un frágil alto el fuego alcanzado en 2022 que aún se mantiene, con la esperanza de que se traduzca en el fin del conflicto.
Los rebeldes chiíes hutíes del Yemen atacaron en la madrugada de este viernes el aeropuerto israelí de Ben Gurion, a 15 kilómetros al sureste de Tel Aviv, con un misil balístico en respuesta a los bombardeos que el Ejército de Israel lanzó en la tarde del jueves contra el aeropuerto de Saná y otras infraestructuras yemeníes.
Israel bombardeó el jueves el aeropuerto internacional de Saná, la capital de Yemen, y otros objetivos de los rebeldes hutíes, en operaciones que dejaron al menos seis muertos, tras los recientes disparos de misiles de esas milicias aliadas de Irán contra Israel.
Los rebeldes hutíes de Yemen anunciaron este miércoles que han detenido a “varios” ciudadanos yemeníes que -según afirmaron- espiaban para Estados Unidos e Israel y facilitaban información sobre sitios militares y de lanzamiento de misiles y drones en este país árabe.
El alto dirigente y miembro del buró político de los rebeldes hutíes yemeníes Mohamed Ali al Huti calificó este martes de “declaraciones huecas” las amenazas que lanzaron en esta misma jornada los responsables israelíes sobre atacar Yemen ante las operaciones sistemáticas de los insurgentes chiíes contra territorio israelí.
Al menos nueve personas murieron y otras tres resultaron heridas en los ataques que el Ejército israelí lanzó este jueves contra varias instalaciones clave en el Yemen controladas por los rebeldes chiíes hutíes, que reivindicaron también una acción contra Tel Aviv, informaron diversas fuentes.