25 de junio de 2025
Es increíble que en un país con tantas necesidades se tenga que seguir sosteniendo a varias empresas públicas deudoras crónicas, que históricamente han nadado en la corrupción, plagadas de personal supernumerario, insumiendo millonarios recursos que bien pueden destinarse a áreas prioritarias como salud, educación, caminos de todo tiempo, entre otras. No existe una explicación razonable para esta lamentable situación. El año pasado, cuatro de las nueve hoy existentes –Copaco, Petropar, INC y Capasa– habían acumulado resultados negativos por valor de 1,3 billones de guaraníes (167 millones de dólares), generados a lo largo de varias administraciones. En suma, las empresas públicas crónicamente deficitarias son verdaderos lastres, que deben ser arrojados por la borda cuanto antes, mediante la privatización o el cierre liso y llano. Son un peso muerto sobre las espaldas de Juan Pueblo.
La empresa IMER S.R.L., representada por Jorge Sebastián Riera Prim, proveedora de la INC de materiales refractarios para el horno de clínker de Vallemí —que aparentemente fallaron a pocas semanas de su mantenimiento anual— respondió ayer a los cuestionamientos y afirmó que se hará cargo si realmente se comprueba que hubo problemas con los insumos provistos.
Pese a anunciar la reactivación de su horno de clínker en Vallemí, la INC sigue sin explicar las causas del paro técnico que dejó fuera de servicio la planta durante ocho días, apenas semanas después de un costoso mantenimiento. La opacidad se extiende también al balance financiero del 2024, que el titular de la estatal se niega a divulgar.
La INC atraviesa una grave crisis operativa, con su horno de clínker paralizado, aparentemente tras un fallido mantenimiento. Trabajadores responsabilizan al consultor colombiano Alexander González Pinzón, contratado por casi G. 1.000 millones. El experto tuvo un rol clave en la cuestionada inversión de bonos en la cementera durante el Gobierno de Cartes y ahora regresó con fuerza a la estatal.
Pese a una inversión de más de G. 12.000 millones en materiales refractarios, la planta de la INC en Vallemí permanece sin operar debido a fallas técnicas del horno, generando dudas sobre la calidad de los insumos adquiridos. Nadie de la estatal quiere dar explicaciones.
La planta de Vallemí sigue fuera de servicio pese a que la reactivación del horno estaba prevista para el viernes pasado. Mientras, continúan los reclamos por escasez de cemento en la planta, mientras la estatal guarda silencio sobre las causas reales de la falla y los costos de una nueva reparación, agravando la incertidumbre en el sector.