24 de noviembre de 2025

El productor ganadero Andrés Duré Rodas (72), dueño de la estancia “San Rafael II” de Yasy Cañy, denunció anoche que fue amedrentado a tiros por supuestos “sintierras” del asentamiento“15 de agosto” de ese distrito del departamento de Canindeyú. Afirmó que dejaron un panfleto en que le daban un plazo de 15 días para entregarles las tierras que reivindican como de su propiedad.

La propietaria de la estancia Ramonita, Ramona Espinosa Leite, denunció ante el Ministerio Público que un grupo de personas ingresó el sábado último a un sector de su hacienda ubicada en el distrito de Yby Yaú. El lugar donde se asentaron existe un bosque y la dueña señala que tiene los documentos de ese inmueble. Los supuestos invasores forman parte de la comisión San Agustín.

Funcionarios del Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra presentaron una nota, preocupados por el actuar del titular de la institución. Denuncian que este habría propiciado la invasión de un inmueble, con lo que -señalan- demuestra desconocer sus funciones reales al frente del ente estatal.

SALTOS DEL GUAIRÁ. Un esquema de extorsión y chantaje a productores del departamento de Canindeyú se ha convertido en la mayor preocupación de las autoridades fiscales y policiales de la zona. El modus operandi consiste en invadir propiedades en épocas de siembra o cosecha y exigir fuertes sumas de dinero a los propietarios para dejarlas. Las ocupaciones con fines extorsivos son realizadas por indígenas y presuntos campesinos, siendo el principal referente de este tipo de hechos el afamado Rubén Villalba.
No es ningún secreto que el territorio chaqueño fue desde tiempos inmemorables zona de generosa repartija estatal. Mientras más se retroceda en la historia, más se evidencia el descaro con el que con abundantes hectáreas se premió la lealtad al partido de turno, con tierras que tal vez ya tenían dueños, pero no derechos.

COLONIA ANAHI. Durante un allanamiento realizado a tempranas horas de esta mañana, la Policía procedió a la aprensión de seis nativos que junto a otros indígenas estaban ocupando una propiedad en litigio con Alba Concepción Insfran viuda de Macorito, quien afirma ser la propietaria del inmueble.