18 de septiembre de 2025
Es comprensible que nuestras autoridades nacionales y nuestros legisladores sean poco afectos a la transparencia, probablemente porque tienen mucho que esconder. Históricamente se ha mencionado que una de las vías para el enriquecimiento de funcionarios y empresarios cortesanos son las licitaciones amañadas, una práctica que al parecer continúa presente hasta nuestros días. No existe casi ningún llamado a licitación en que no se denuncien direccionamientos para que siempre gane “el caballo del comisario” o nuevos actores en regímenes que asumen, que se acomodan rápidamente en los sistemas que tienen a su cargo la repartija de la torta.