Luis Ramírez

El MEC levantó la suspensión que tenía la cuestionada licitación para adquirir uniformes por G. 51.923 millones, que al cambio actual son US$ 7,6 millones. Contrataciones Públicas había frenado temporalmente el proceso en febrero, ante las protestas por sospechas de direccionamiento en las condiciones requeridas para las vestimentas escolares. Empresas cercanas a Horacio Cartes fueron las consultadas para imponer los precios referenciales.

Ya eran sumamente preocupantes los datos que proporcionaban los distintos informes de organizaciones nacionales y extranjeras sobre el estado de la educación en nuestro país, entre ellos el elevado porcentaje de alumnos que no comprenden lo que leen. Ahora, el ministro de Educación, Luis Ramírez, agrega un nuevo condimento: un muy elevado porcentaje de maestros también sufre de ese mal. Es evidente que los docentes no descuellan por su idoneidad y que, por ende, la enseñanza que imparten dista mucho de capacitar a los estudiantes para que puedan labrarse un buen futuro. En octubre, el 80% de los profesores que concursaron en el departamento de San Pedro fracasó en la prueba escrita, quizá porque no comprendieron las preguntas. Es lo presumible, atendiendo que, a nivel nacional, “siete de cada diez maestros no superan la prueba de comprensión”, según dijo con toda franqueza el ministro Ramírez.

El titular del MEC, Luis Ramírez, afirmó que 7 de cada 10 docentes fallaron en pruebas de comprensión lectora durante los concursos públicos desarrollados este 2025. Resultados coinciden con estadísticas de estudiantes.

Una de las representantes de instituciones educativas privadas habló sobre el anuncio del presidente de la República, Santiago Peña, sobre la posibilidad de trasladar las vacaciones de invierno para hacerlas coincidir con los partidos de la Selección Paraguaya de Fútbol en el Mundial 2026 y dijo que les gustaría poder decidir si se acoplan a la medida o no.

Jóvenes reclaman que el ministro de Educación, Luis Ramírez, prioriza el acercamiento con integrantes de la mesa técnica de padres, mientras que no se reúne ni dialoga con estudiantes organizados, para escuchar sus posturas sobre la calidad de la educación, las necesidades en los colegios y sobre decisiones, como la eliminación de la palabra “género” en materiales escolares.