31 de mayo de 2025
Un dicho popular expresa “una de cal y otra de arena”, sin embargo, el Ministerio Público en los últimos tiempos no ha hecho más que enterrar con cal y cemento numerosos casos que involucran al crimen organizado, en especial a la mafia del narcotráfico, y con esto, matar las esperanzas del pueblo paraguayo en una justicia que le represente. El caso del autor confeso de lavado de dinero proveniente del narcotráfico, Federico Santoro, así lo demuestra. Recientemente se supo que el mismo se declaró culpable ante la Justicia de Estados Unidos, reconociendo su participación en un esquema de lavado de millones de dólares de actividades relacionadas al narcotráfico. Lastimosamente, la Fiscalía paraguaya “ciega, sorda y muda” permite con su inacción, que autores confesos de graves hechos gocen de total impunidad y hasta “inmunidad” para circular por el territorio nacional e, incluso, organizar nuevos operativos.
El fiscal Lorenzo Lezcano, entonces de la unidad contra Crimen Organizado, accedió en julio de 2021 a informes claves del Comando Tripartito en los cuales se alertaba sobre las operaciones del acusado confeso en EE.UU. de lavado de dinero, Federico Ezequiel Santoro Vassallo. Lo grave es que el agente del Ministerio Público no movió un dedo para el avance del proceso investigativo, según revela la serie de documentos que forman parte del expediente de la operación Smart, en la cual el objetivo principal ya era el presunto narco Sebastián Marset.
FOZ DE YGUAZÚ, Brasil – Un paraguayo fue detenido al intentar cruzar la frontera con Brasil transportando un cargamento de marihuana prensada en su vehículo. El procedimiento fue esta mañana en la cabecera del Puente de la Amistad, que une Ciudad del Este con la ciudad brasileña de Foz de Yguazú.
Agentes de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) incautaron 4,926 kilos de cocaína que era transportada en un automóvil, que también quedó en poder del Ministerio Público. El operativo se realizó en el distrito de Horqueta; el conductor del vehículo logró escapar luego de una persecución, dejando la droga en el interior del rodado.