5 de junio de 2025
PARÍS. El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, no logró vencer este jueves las reticencias de su homólogo de Francia, Emmanuel Macron, sobre el acuerdo comercial entre la Unión Europea (UE) y Mercosur y le dio seis meses para concluirlo.
Aunque incipientes, las conversaciones y negociaciones entre Indonesia y el Mercosur apuntan al mercado de los comodities del bloque conformado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Además del reto de la cadena logística, una de las trabas radicaría en la negativa de Brasil para pasar al estadío siguiente y lograr el intercambio comercial.
Singapur, la ventana del Mercosur al sudeste asíatico, aguarda la ratificación del acuerdo firmado con el bloque en diciembre del 2023. Según el ministro de Relaciones Exteriores de ese país, Dr. Vivian Balakrishnan, la vigencia plena de esta alianza es una cuestión que tiene que ver más con la política que con la estrategia económica.
El gobierno argentino de Javier Milei anunció el miércoles pasado requisitos más estrictos para obtener la residencia y ciudadanía, prometió expulsiones más expeditas de extranjeros que cometan delitos e impuso el cobro de servicios de salud para residentes transitorios y temporales.
El presidente de Uruguay, José “Pepe” Mujica, dijo a inicios de julio de 2012, que la crisis política que derivó en la destitución de Fernando Lugo fue maniobra del partido “instigante”, refiriéndose a la ANR, nucleación a la que denominó como “narcocoloradismo”. Sus palabras fueron a días de la suspensión de nuestro país en el Mercosur por “quiebre del orden democrático”.
La semana pasada se realizó una ronda de negociaciones entre el Mercosur y la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA) en Buenos Aires, donde analizaron cómo aproximarse a un acuerdo para el libre comercio entre las partes. Se abordaron temas como el acceso al mercado de bienes, reglas de origen, comercio de servicios y desarrollo sostenible, así como cuestiones legales e institucionales.