La pandemia provocada por la COVID-19 nos ha puesto a prueba como sociedad. Las poblaciones locales sufrieron un duro golpe en sus condiciones de vida. Las personas más vulnerables, entre quienes se encuentran aquellas que se vieron obligadas a huir de sus hogares debido a conflictos, persecuciones, desastres naturales, o simplemente por la pobreza y el hambre, se enfrentaron a serias dificultades en el acceso a los medios de vida básicos, así como a problemas de acceso a los servicios de salud y educación. Además, las restricciones que se implementaron en las fronteras a causa de la pandemia global, las han llevado a tomar rutas mucho más complejas y peligrosas en busca de su seguridad y la de sus familias.