El abogado Jorge Rolón Luna recordó que la relación entre agentes públicos, políticos y las drogas, es algo que se arrastra desde los años 60 y que tuvo al expresidente Andrés Rodríguez como uno de los casos más emblemáticos. Sostuvo que para quebrar esta relación debe aparecer una nueva camada de dirigentes políticos, remarcando que en la ANR hay demasiada tolerancia con personas relacionadas al narcotráfico, el cual sirve como recaudador para las campañas políticas.
El terrible drama que vienen pasando los enfermos de cáncer en nuestro país conmueve hasta a los más indiferentes. El abandono en la atención y provisión de medicamentos que relatan los afectados es para cuestionar seriamente a las autoridades, de este Gobierno y los anteriores, pues se tiene la sensación de que estos seres humanos sufrientes son considerados ya descartables, mientras se despilfarran recursos para poner contenta a la clientela de los que mandan, como ocurre, por ejemplo, con los afortunados “nepobabies”. Y, lo peor, en el caso de los enfermos oncológicos, como lo han denunciado en estos días esas víctimas del abandono, se les miente sin asco.
Una vez más, cerca de 500 indígenas, entre ellos decenas de niños e incluso ancianos, se encuentran acampados en condiciones infrahumanas frente al Instituto Paraguayo del Indígena, sobre la calle Artigas. Allí exponen su miseria. Los niños corretean desabrigados, descalzos, mientras las mujeres cocinan a la intemperie. Llega la noche y se guarecen bajo precarias carpas de hule y allí soportan las gélidas temperaturas, ante la total falta de respuestas de las autoridades nacionales. El Gobierno de Santiago Peña, al igual que los anteriores, está demostrando que poco o nada le interesa esta situación. Las autoridades de turno suelen rifar la presidencia del ente entre los correligionarios y allí radica uno de los fracasos de la política que beneficie a los nativos
Sabemos, por la experiencia histórica en nuestro país y en el mundo que las hegemonías y los liderazgos políticos, sobre todo las que se basan en liderazgos de corte autoritario, pasan y quedan en el pasado, en algún momento.
El canciller Rubén Ramírez Lezcano trató de justificar el bochornoso enchufe de Yamida Esgaib, hija del impresentable diputado Yamil Esgaib, en la sede diplomática paraguaya en Londres. Invocó la ley relativa al servicio diplomático y consular y al administrativo y técnico de la cartera a su cargo. Es cierto que esta norma permite la incorporación transitoria de personas ajenas al escalafón diplomático y consular –sin calificarla de “política”–, pero solo bajo ciertas condiciones que el canciller prefirió omitir por motivos comprensibles. Es para poner en el servicio exterior a gente capacitada para servir al país en circunstancias especiales, y no para regalar cargos diplomáticos a politicastros obsecuentes y “nepobabies” caraduras.
Tras la caída de la dictadura, cierto “seccionalero” del departamento de Ñeembucú se quejó con amargura de que él y sus pares ya ni siquiera podían nombrar a maestras. Ahora, por lo visto, las cosas han vuelto a su lugar, según surge de los dichos de Blanca Ávalos, dirigente de la Organización de Trabajadores de la Educación, en un acto realizado en la capital con motivo del Día del Maestro: “Lastimosamente, hoy en día hurreros acceden a cargos en lugar de compañeros con perfil; esto se hace a través de los llamados cargos interinos”, para dar rubros a los “amigos”, en vez de nombrar a quienes ya trabajaban en el aula con los mismos rubros. La educación no puede seguir siendo un botín de politiqueros ignorantes y codiciosos.