21 de julio de 2025
La alta informalidad ocupacional que se atribuye en parte a la falta de oportunidades y la baja calidad educativa y profesionalizada, excluyen a muchos ciudadanos del crecimiento económico, que solo algunos pueden verse beneficiados . “El crecimiento económico en Paraguay se vive en dos realidades muy distintas”, afirman expertos
La economía mundial ha demostrado una capacidad de resistencia notable desde el año 2020; sin embargo, el colchón se estrecha. La deuda pública y privada total se ubica en la actualidad casi 25% por encima del nivel previo a la pandemia, cuando ya marcaba un récord histórico, de acuerdo con el reciente informe del Banco Mundial (BM).
Paraguay enfrenta un desafío monumental: gestionar US$ 1.671 millones en préstamos de inversión hasta mayo de 2025, priorizando infraestructura y sanidad, mientras lucha con procesos legislativos complejos que determinarán el impacto de cada dólar en su desarrollo.
Datos oficiales confirman un sólido crecimiento del 5,9% en el primer trimestre del año, sin embargo, esta bonanza no llega a gran parte de la población trabajadora, y esto se debe en gran medida a la alta informalidad que alimenta la economía “en negro”. La principal barrera para que esos ciudadanos puedan formalizarse siguen siendo la elevada burocracia estatal.
La economía registró un fuerte impulso en el primer trimestre con un crecimiento del 5,9%, lo que ratifica la fortaleza de la macro, aunque todavía el desafío está en que el derrame llegue a todos los sectores. Se destacaron los desempeños de las construcciones, los servicios, las industrias y la ganadería.
El tamaño de la economía subterránea en Paraguay se ubicó en 35,1% del Producto Interno Bruto (PIB) en el año 2024, poco más de US$ 15.000 millones. En la última década solo bajó 2,5 puntos porcentuales y se ubica entre las más altas de la región, según la estimación realizada por la organización ProDesarrollo.