El Gobierno insistió en jactarse de una “invitación especial” del presidente electo de los Estados Unidos de América, Donald Trump para Santiago Peña, que en verdad se originó en el Congreso. El diputado Mauricio Espínola sostuvo que el convite fue forzada por operación del cónsul.
Sin demora, el presidente Santiago Peña promulgó ayer la Ley de la Carrera Civil y la Función Pública, que fue sancionada a las apuradas por el Senado en su última sesión del año 2024. La norma, completamente desnaturalizada, permitirá que sigan los abusos de poder en el Estado y los nepobabies y da potestad al Ministerio de Economía de anular los contratos colectivos de condiciones de trabajo.
Santiago Peña inicia su gira internacional con un viaje oficial a Washington, Estados Unidos, donde asistirá a la asunción de Donald Trump como nuevo presidente. Lo acompañará una comitiva oficial integrada por cinco personas más. Sepa quiénes irán con el mandatario.
El presidente de la República, Santiago Peña, promulgó la Ley de Servicio Civil, que regirá para todos los funcionarios públicos a partir de la fecha. La misma fue cuestionada por varios gremios de trabajadores de la función pública, pese a que desde el gobierno aseguran que se priorizará el ingreso por mérito.
El presidente Santiago Peña promulgó la Ley N° 7416, con fecha 8 de enero, por el cual “denomina con el nombre de Natalicio González” la ruta departamental D012 que une los departamentos Central y Cordillera”.
Mientras saltan nuevos escandalosos casos de nepotismo del entorno del poder, verdaderas cachetadas a la ciudadanía trabajadora, el presidente Santiago Peña tiene en la mesa para su promulgación una ley completamente desnaturalizada “de la carrera civil y de la función pública”, sancionada subrepticiamente y sin debate por el Senado en su última sesión antes del receso parlamentario, que deja las manos libres a políticos y a otros ordeñadores compulsivos de las ubres del Estado para continuar con el indignante festín a costa de la gente. Esta ley debía ser la piedra angular de la reforma del Estado. Una nueva ley que hiciera borrón y cuenta nueva era necesaria porque la vigente, que ya tiene 25 años, ha sido tan sistemáticamente perforada. Pero el adefesio que se terminó aprobando hace peor el remedio que la enfermedad. Para esto, nos quedamos con lo que tenemos.