27 de abril de 2025
Una beneficiaria del programa social Tekoporã denunció que dejó de recibir el subsidio mensual de G. 480.000 tras sufrir un accidente y ausentarse en su vivienda por razones médicas. La mujer asegura que no abandonó su hogar y que no recibió seguimiento adecuado del Ministerio de Desarrollo Social.
SAN JUAN NEPOMUCENO. Pobladores vulnerables beneficiarios del programa Tekopora-Mbarete recibieron tarjeta de débito para agilizar el retiro del subsidio que es entregado por el Gobierno Nacional mediante el Ministerio de Desarrollo Social (MDS). El acto se desarrolló en el tinglado municipal durante el cual entregaron alimentos no perecederas a comedores comunitarios.
Tadeo Rojas, ministro de Desarrollo Social, adelantó que harán recortes de gastos dentro de la cartera a su cargo, a fin de lograr un aumento del 25 % del subsidio de Tekoporã. La instrucción que tiene del Presidente de la República, Santiago Peña es direccionar la ayuda estatal y que sea con compromisos de las familias en cuanto a salud y educación.
Tadeo Rojas, quien asumió este miércoles el Ministerio de Desarrollo Social (MDS), plantea darle fuerza al programa de asistencia a familias vulnerables en situación de pobreza. Aprovechó la oportunidad para destacar a varios miembros de su gabinete dentro de la cartera estatal.
Varias personas, quienes hace más de 10 años se inscribieron para ser beneficiarios del programa Tekoporã, denunciaron que dicha asistencia es politizada por la Municipalidad de Carapeguá. En su mayoría, los favorecidos serían parientes y vecinos de los responsables que administran el listado.
El Instituto Nacional de Estadística acaba de publicar los resultados de la última Encuesta Permanente de Hogares (EPH) sobre la evolución de la pobreza en el país con un dato alarmante. Si bien la pobreza en general se mantuvo estable en torno a un cuarto de la población, e incluso experimentó un leve descenso, la pobreza extrema pegó un salto de casi 50% en un solo año, del 3,9% en 2021 al 5,6% en 2022, lo que equivale a aproximadamente unas 400.000 personas, u 80.000 familias. Más que nunca es necesario revisar y refocalizar los amplios y costosos programas existentes de asistencia estatal directa, que evidentemente se están desviando de sus propósitos esenciales y no están llegando a quienes imperiosamente más lo necesitan.