La presencia digital después de la muerte
Cuando fallecemos, nuestra presencia digital no desaparece inmediatamente. De hecho, a menudo perdura mucho más allá de nuestra muerte física.
Este fenómeno plantea diversas consideraciones legales, éticas, y emocionales tanto para familiares como para las plataformas involucradas.
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Legislación y control de datos
Leyes de protección de datos: en muchos países, las leyes de protección de datos personales no se extienden más allá de la muerte. Esto puede dejar a los individuos y a sus familias en un limbo en cuanto a la gestión de datos digitales.
Sin embargo, algunos países están empezando a considerar leyes que permitan a los familiares gestionar, modificar o borrar la información digital de una persona fallecida.
Derechos de los herederos: en algunos casos, los herederos pueden tener derechos sobre los activos digitales del fallecido. Sin embargo, la complejidad surge cuando las políticas de las plataformas entran en conflicto con la legislación local o las voluntades expresas del usuario en vida.
Políticas de las plataformas digitales
Cada plataforma importante tiene sus propias políticas respecto a las cuentas de usuarios fallecidos.
Redes sociales como Facebook ofrecen la opción de convertir el perfil del usuario en una cuenta conmemorativa o solicitar su eliminación. Esta red social también permite asignar un contacto heredado.
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En Instagram, similar a Facebook, se puede convertir la cuenta en conmemorativa para que los amigos y familiares puedan compartir recuerdos.
X (antiguamente Twitter) permite a los familiares cerrar la cuenta de un usuario fallecido bajo ciertas condiciones.
¿Y qué pasa con las cuentas de correo electrónico y contenidos en la nube? Proveedores como Google tienen políticas específicas para manejar cuentas de personas fallecidas, que incluyen la posibilidad de establecer contactos de legado digital en vida.
La gestión de las huellas digitales de un fallecido puede tener un gran impacto emocional en los familiares y amigos. Las cuentas conmemorativas pueden servir como un espacio para el duelo y los recuerdos compartidos, pero también pueden ser una carga emocional al enfrentar el reto de administrar una vasta cantidad de datos personales.
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Planificación digital post-mortem
Dada la creciente importancia de nuestras vidas digitales, la planificación post-mortem digital se está convirtiendo en una práctica recomendable. Esto puede incluir:
- Testamentos digitales: especificar claramente los deseos sobre el manejo de cuentas digitales.
- Instrucciones claras: proveer a un contacto de confianza las claves de acceso y directrices claras sobre cómo manejar las diversas plataformas.
- Utilización de servicios especializados: plataformas que ayudan a gestionar el legado digital después del fallecimiento.