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Milos: la isla de la Venus
Milos destaca por su impresionante geografía volcánica, lo que le otorga un paisaje único entre las islas Cícladas.
La isla se caracteriza por sus formaciones rocosas de colores vibrantes y playas con aguas cristalinas, destacando lugares como Sarakiniko y Kleftiko, que son verdaderas maravillas naturales.
Es famosa por la estatua de la Venus de Milo, que se exhibe actualmente en el Museo del Louvre, la isla tiene una rica historia que data de la era prehistórica.
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Vestigios arqueológicos, como el antiguo teatro y las catacumbas cristianas, cuentan la historia de civilizaciones que alguna vez florecieron aquí.
Qué hacer en Milos
Milos es ideal para quienes buscan un destino relajante pero lleno de actividades.
Desde el buceo en cavernas submarinas hasta excursiones en barco alrededor de la isla, las opciones son variadas.
La encantadora ciudad de Plaka, con sus vistas panorámicas y calles pintorescas, ofrece una experiencia gastronómica única con platos locales basados en pescados frescos y productos de la tierra.
Naxos: la isla de Dionisos
Como la mayor de las Islas Cícladas, Naxos combina majestuosas montañas e idílicas playas.
El Monte Zas, la cumbre más alta de las Cícladas, ofrece rutas de senderismo con vistas impresionantes, mientras que extensas playas como Agios Prokopios y Plaka son perfectas para disfrutar de un día soleado junto al mar.
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Rica en mitos e historias, Naxos es considerada el lugar de nacimiento del dios Dionisos, según la mitología griega.
Los atractivos culturales de la isla incluyen el Templo de Apolo, conocido como Portara, y una serie de torres venecianas que reflejan períodos de influencia distinta a lo largo de su historia.
Con una vibrante vida local, Naxos ofrece un vistazo a la vida típica griega.
Su capital, Hora, llena de vida y movimiento, os dará la bienvenida con una animada escena nocturna, tiendas artesanales y tabernas que sirven especialidades culinarias de la región, sobre todo basadas en queso de cabra y vinos locales.
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Milos y Naxos son destinos que ofrecen algo más que playas de ensueño. Su combinación de belleza natural, legado histórico y cultura viva las convierte en lugares imprescindibles para quienes deseáis una experiencia griega auténtica e inolvidable.
Aventuraros a descubrir estas joyas poco exploradas del Egeo es adentrarse en el corazón mismo de la Grecia que todavía guarda secretos por desvelar.
