Cracovia, con orígenes que se remontan al siglo VII, fue capital de Polonia durante más de quinientos años. La ciudad comenzó como un asentamiento en la colina de Wawel y eventualmente se convirtió en un importante centro comercial, cultural y político en Europa Central.
Su auge económico en la Edad Media se debió en gran parte a su estratégica ubicación en la ruta comercial de la Sal de Amberes y su conexión con la Liga Hanseática.
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La plaza del mercado
El corazón medieval de Cracovia se encuentra en la Rynek Główny, la plaza del mercado más grande de Europa y una de las más impresionantes del mundo.

Establecida en el siglo XIII, esta plaza es un ejemplo piloto del diseño urbanístico medieval.

Es el lugar perfecto para comenzar una exploración de la ciudad, con monumentos icónicos como la Basílica de Santa María, famosa por su espectacular altar medieval tallado en madera.

El castillo de Wawel
El Castillo de Wawel es más que un simple castillo; es un símbolo del patrimonio polaco que alberga siglos de historia y arte renacentista.

Sus muros han sido testigos de coronaciones, bodas reales y frentes de batalla. La catedral adyacente, donde reyes y notables descansan en su eternidad, otorga una perspectiva fascinante sobre el impacto religioso y político de Cracovia.
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El barrio judío de Kazimierz
Aunque oficialmente parte de Cracovia desde el siglo XVIII, el barrio de Kazimierz conserva una atmósfera medieval única.

Históricamente, fue un lugar de convivencia pacífica entre miles de judíos y cristianos, un crisol de culturas que ha dejado una impronta indeleble en la ciudad.
Sus sinagogas antiguas y calles adoquinadas cuentan historias de una comunidad vibrante que ha resistido los embates del tiempo.
La ruta real
La Ruta Real, que conecta muchos de los puntos de interés históricos de Cracovia, es un recorrido por donde reyes y dignatarios entraban triunfalmente a la ciudad.
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Comienza en la histórica Puerta de San Florián, recorre la calle Floriańska, atraviesa la Rynek Główny y culmina en el majestuoso Castillo de Wawel. Este paseo está salpicado de arquitectura gótica y renacentista que ofrece una ventana al majestuoso pasado de Cracovia.
Conservación del patrimonio
El reconocimiento de Cracovia como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1978, ha garantizado la conservación de su rica colección de arte y arquitectura medieval.
Las políticas de preservación han permitido que visitantes hoy puedan experimentar prácticamente la misma Cracovia que existió hace siglos.
Cracovia es una joya oculta que brilla con una luz especial en Europa del Este. Su mezcla de historia, cultura y preservación arquitectónica ofrece una experiencia inolvidable para cualquiere que deseás sumergirse en el vibrante pasado de uno de los centros medievales más destacados del continente.
Al caminar por sus calles, uno no solo visita una ciudad antigua, sino que se encuentra inmerso en una auténtica máquina del tiempo.