Rano Raraku es más que solo un cráter; es el indiscutible lugar de nacimiento de los moáis. Situado en el noreste de la Isla de Pascua, este volcán extinto fue la cantera de donde se extrajeron más del 95% de las estatuas que se encuentran dispersas alrededor de la isla.
Talladas directamente en la roca volcánica, más de 400 moáis descansan dentro y alrededor de la cantera, en diversas fases de construcción, algunos inacabados y otros intactos en el tiempo, ofreciendo una ventana fascinante al pasado de Rapa Nui.
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La ruta menos conocida
La ruta al cráter de Rano Raraku difiere de las rutas típicas de turismo en la isla debido a su enfoque en la experiencia íntima del paisaje volcánico y su patrimonio cultural.

Mientras que la mayoría de los visitantes ven el sitio como una parada rápida dentro de los tours turísticos convencionales, esta ruta invita a adentrarse profundamente en el entorno natural.
La caminata hacia el cráter comienza con un sendero bien definido que lleva a los visitantes a través de un terreno cambiante, desde suaves praderas hasta las escarpadas paredes del volcán.
La ruta menos transitada permite una conexión más auténtica con el entorno, donde es posible detenerse a observar la flora local que prospera en el terreno volcánico y escuchar las historias del guía local que conoce las leyendas y mitos asociados con el lugar.

Una vez en el cráter, el panorama cambia drásticamente. Dentro del cráter hay una laguna que completa un escenario natural sublime, donde el silencio solo es interrumpido por el viento y las aves que habitan la zona.
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Alrededor de la laguna, se encuentran varias estatuas incompletas, que parecen emergen del suelo como testigos petrificados de una civilización antigua. Este lugar ofrece una oportunidad única de contemplar el arte monolítico en su contexto original.

Visitar Rano Raraku es, en muchos sentidos, como viajar en el tiempo. Los guías locales, muchos de los cuales son descendientes de los habitantes originales de la isla, proporcionan un contexto histórico invaluable que entreteje la historia de los moáis con la del pueblo rapanui.

Esta experiencia educativa no solo enriquece la comprensión del visitante sobre la cultura pascuense, sino que también ofrece una perspectiva sobre la resiliencia y la creatividad humana.
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Consejos para los viajeros

Para aquellos que planean explorar esta ruta menos conocida, aquí hay algunos consejos útiles:
- Preparación física: la caminata hacia y alrededor del cráter requiere una condición física moderada. Usar calzado adecuado y ropa cómoda es esencial.
- Guías locales: optar por un guía local no solo enriquece la experiencia con conocimiento cultural, sino que también aporta al sostenimiento económico de la comunidad rapanui.
- Respeto al entorno: es fundamental mantener el respeto por las estructuras naturales y arqueológicas. No tocar ni alterar las estatuas o el entorno ayuda a preservar el patrimonio para las futuras generaciones.
- Planificación: el clima en Isla de Pascua puede ser impredecible, por lo que llevar protección solar y suficiente agua es siempre una buena idea.
El cráter del volcán Rano Raraku no es solo un sitio arqueológico, sino un viaje al corazón de la historia y cultura de Isla de Pascua.
Al optar por esta ruta menos convencional, los viajeros no solo se evaden de las habituales multitudes turísticas, sino que también ganan una experiencia única e inolvidable que resalta la belleza natural y el rico patrimonio cultural de la isla. Rano Raraku es, sin duda, una de las joyas ocultas de Rapa Nui que espera ser descubierta.