Fundada alrededor del año 1230 por fugitivos del sur del país, Giethoorn fue inicialmente un asentamiento dependiente de la turba. Durante siglos, sus habitantes excavaron el suelo para extraer este valioso recurso energético, lo que resultó en la creación de varios lagos y canales que hoy caracterizan la región.
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Arquitectura y paisaje de Giethoorn
El paisaje idílico de Giethoorn está salpicado de encantadoras casas con techos de paja que datan del siglo XVIII.
Estas residencias, construidas sobre pequeños islotes, se conectan mediante más de 176 pintorescos puentes de madera que permiten el tránsito peatonal por el área.
En Giethoorn, el transporte se realiza principalmente por medio de embarcaciones. Los visitantes pueden alquilar tradicionales botes eléctricos o hacer un recorrido guiado en los clásicos “punters”, pequeñas barcas que se deslizan suavemente por los canales estrechos del pueblo.
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Actividades y atracciones en Giethoorn
Giethoorn ofrece un repertorio de actividades que van más allá de los paseos en bote.
- Museos locales: el Museo de De Oude Aarde exhibe una impresionante colección de piedras preciosas y minerales, mientras que ‘t Olde Maat Uus ofrece una visión de la vida rural holandesa en el siglo XIX.
- Senderismo y ciclismo: la ausencia de tráfico motorizado hace que caminar o andar en bicicleta sea una experiencia placentera. Los senderos a lo largo de los canales brindan vistas impresionantes del entorno natural.
- Gastronomía: los restaurantes locales, muchos de los cuales están situados a la orilla del agua, ofrecen una deliciosa muestra de la cocina holandesa tradicional, así como mariscos frescos.
Consejos para el viajero
Para aquellos que planean visitar Giethoorn, es recomendable explorar fuera de la temporada alta de turismo, entre abril y septiembre, para evitar las aglomeraciones y disfrutar de una experiencia más tranquila.
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Reservar el alojamiento con antelación es aconsejable, dado que el número de hoteles y posadas es limitado.
Giethoorn es un destino que encarna la quietud y belleza de una Holanda tradicional. Con canales serenos, arquitectura histórica y un ritmo de vida sosegado, este pueblo sin calles ofrece una experiencia única que resuena profundamente con aquellos en busca de un retiro encantador y fuera de lo común.