Calakmul, el gran reino maya entre selva y pirámides
En el corazón de la Reserva de la Biosfera Calakmul (México), este antiguo centro maya combina arqueología monumental y selva primaria.

La reserva abarca más de 720 mil hectáreas, según datos oficiales, y el sitio arqueológico reúne más de seis mil estructuras.
La Unesco reconoce tanto la ciudad como el entorno selvático por su valor universal excepcional. Si buscás un referente del mundo maya sin multitudes, acá lo vas a encontrar.
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Cerros de Mavecure, geología ancestral en la Amazonia
En el oriente de Colombia, los cerros Mavecure, Mono y Pajarito emergen como domos de cuarzo formados hace más de mil millones de años, sobre ríos de aguas negras.
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El acceso controlado por comunidades indígenas ha permitido un turismo de baja escala. Investigaciones geológicas describen estos tepuyes como parte de las formaciones más antiguas del Escudo Guayanés, lo que atrae a quienes valoran paisajes primigenios.
Ilha do Marajó, la isla de río más grande del mundo
Frente a la desembocadura del Amazonas (Brasil), Marajó supera los 40 mil km² y es considerada la isla fluvial más extensa del planeta.

Entre manglares, varzea y estancias ganaderas, sobresale la cultura del búfalo, introducido hace más de un siglo y hoy integrado a la vida cotidiana.
Organismos ambientales brasileños han señalado a Marajó como corredor clave para aves migratorias.
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Choquequirao, la ciudad inca que exige caminata
En la sierra de Perú, el complejo inca de Choquequirao se extiende en terrazas y plazas que dominan cañones profundos.

Autoridades culturales estiman que menos de la mitad del área total está excavada. El acceso requiere varios días de trekking, lo que mantiene un flujo de visitantes limitado y una experiencia de alta inmersión.
Para arqueología y montaña, es una combinación potente.
Parque Nacional Noel Kempff Mercado, biodiversidad en mosaico
En el oriente de Bolivia, esta área protegida supera 1,5 millones de hectáreas y está inscrita por la Unesco como Patrimonio Mundial por su diversidad de ecosistemas: sabanas, bosques secos, selvas y el altiplano de Huanchaca.

Inventarios científicos registran cientos de especies de aves y grandes mamíferos como jaguar y tapir. Las cataratas y farallones completan un paisaje poco intervenido.
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Reserva de Producción de Fauna Cuyabeno, selva anfibia
En el noreste de Ecuador, Cuyabeno protege más de 600 mil hectáreas de lagunas, ríos meándricos y bosques inundables.

Estudios de biodiversidad destacan la presencia de delfín rosado, anaconda y mono chorongo. Los albergues comunitarios han impulsado un modelo de turismo que prioriza observación responsable de fauna y guianza local, con cupos limitados y horarios regulados.
Rupununi, sabanas y humedales con megafauna
En el suroeste de Guyana, el Rupununi mezcla sabanas, galerías boscosas y uno de los sistemas de humedales mejor conservados de la región.

Organizaciones de conservación han documentado poblaciones de grandes especies como el oso hormiguero gigante y el arapaima, uno de los peces de agua dulce más grandes del mundo.
La gestión indígena y ranchos de bajo impacto definen la oferta turística.
Isla de Ometepe, volcanes gemelos en un gran lago
En Nicaragua, Ometepe se forma por dos volcanes —Concepción y Maderas— unidos por un istmo en el lago más grande de Centroamérica.

Fue designada Reserva de Biosfera por la Unesco y combina senderismo, petroglifos precolombinos y agricultura tradicional. Si preferís destinos con ritmo insular y patrimonio cultural, la isla ofrece ambas cosas.
