Cinco sitios sorprendentes del Perú que todo viajero debe conocer

Oasis de Huacachina por la mañana, región de Ica, Perú.
Oasis de Huacachina por la mañana, región de Ica, Perú.Shutterstock

Perú, un prodigio de diversidad, se revela más allá de sus íconos. Desde las enigmáticas ruinas de Choquequirao hasta las tranquilas aguas de Pacaya Samiria, cada rincón invita a una exploración que transforma el alma y nutre el espíritu aventurero.

Un país de cordilleras infinitas, selvas desbordantes y desiertos que esconden secretos: Perú no se agota en su postal más célebre. Más allá de las rutas trilladas, un mapa de destinos impactantes —muchos aún poco masificados— invita a viajar con calma, conciencia y curiosidad.

Estas cinco paradas combinan historia, naturaleza extrema y culturas vivas, y ayudan a entender por qué el territorio peruano sigue siendo uno de los más diversos del planeta.

Choquequirao, la ciudad hermana en silencio

Choquequirao, ruinas incas en Perú.
Choquequirao, ruinas incas en Perú.

Escondida entre abismos y nubes en la frontera de Cusco y Apurímac, Choquequirao se gana a pulso su apodo de “la hermana de Machu Picchu”.

Representación de Llamas con rocas blancas en una de las terrazas en ruinas de Choquequirao, yacimiento arqueológico inca en el Perú.
Representación de Llamas con rocas blancas en una de las terrazas en ruinas de Choquequirao, yacimiento arqueológico inca en el Perú.

El complejo inca, aún en proceso de excavación, se despliega en andenes perfectos y plazas ceremoniales a más de 3.000 metros de altura. Llegar no es simple: el trekking de dos a cuatro días —con descensos y ascensos exigentes por el cañón del Apurímac— filtra el flujo y preserva la sensación de descubrimiento.

Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy

Esa dificultad es parte del encanto: al amanecer, cuando la neblina se deshace, el sitio se revela con una intimidad imposible en lugares más concurridos.

Choquequirao, ruinas incas en Perú.
Choquequirao, ruinas incas en Perú.

La mejor temporada va de abril a octubre; guías locales y arrieros de comunidades cercanas ofrecen apoyo logístico, una oportunidad para que el turismo beneficie directamente a la zona.

Pacaya Samiria, el espejo de agua infinito

En el corazón de Loreto, la Reserva Nacional Pacaya Samiria es un laberinto de ríos negros, cochas y selva primaria que se refleja con perfección hipnótica. Es uno de los mayores humedales de la Amazonía peruana, y hábitat de delfines rosados, manatíes y una enorme variedad de aves.

Reserva Nacional Pacaya, Perú.
Reserva Nacional Pacaya, Perú.

Las expediciones parten desde Iquitos o Nauta y combinan navegación en peque-peque, caminatas interpretativas y pernocte en lodges o campamentos autorizados.

Acá, más que “ver”, se aprende: proyectos de manejo comunitario de taricayas (tortugas acuáticas) y guacamayos dan clase sobre conservación sostenible. La estación seca (junio a octubre) facilita el acceso, pero en creciente (noviembre a mayo) los bosques inundados ofrecen otra cara del mismo universo líquido.

Imprescindible viajar con operadores con permisos vigentes y respetar estrictamente las normas del área protegida.

Gocta, la catarata que emergió del rumor

Cascadas de Gocta, una de las cascadas más altas del mundo, ubicada en la región Amazonas del norte de Perú.
Cascadas de Gocta, una de las cascadas más altas del mundo, ubicada en la región Amazonas del norte de Perú.

Durante siglos, la caída de agua de Gocta fue un secreto a voces entre pobladores de Amazonas. Su “descubrimiento” para el mundo en 2006 disparó el interés, pero el entorno —bosques nubosos donde revolotea el gallito de las rocas— mantiene su aura de frontera.

Cascadas de Gocta, una de las cascadas más altas del mundo, ubicada en la región Amazonas del norte de Perú
Cascadas de Gocta, una de las cascadas más altas del mundo, ubicada en la región Amazonas del norte de Perú

Desde Cocachimba o San Pablo se emprenden rutas de entre dos y cinco horas, con miradores que alternan la bruma y el estruendo.

Dependiendo del conteo, Gocta figura entre las más altas del mundo, aunque más allá de la estadística impresiona el paisaje: acantilados cubiertos de musgo, orquídeas y el hilo blanco precipitándose a más de 700 metros.

Un bastón de caminata y calzado con buen agarre marcan la diferencia, especialmente en temporada de lluvias.

Huacachina, la luna de arena a pocos kilómetros del mar

Un oasis rodeado de dunas colosales en medio del desierto de Ica: Huacachina parece irreal al atardecer, cuando el sol incendia las crestas de arena y los domos de los hoteles se tiñen de naranja.

Una impresionante vista del oasis de Huacachina rodeado de imponentes dunas de arena, ubicado en Ica, Perú, al atardecer.
Una impresionante vista del oasis de Huacachina rodeado de imponentes dunas de arena, ubicado en Ica, Perú, al atardecer.

Más allá del buggy y el sandboard —experiencias populares y adrenalínicas—, el valor del lugar se aprecia con calma: subir a pie la duna más alta para ver cómo el Pacífico, invisible, se intuye en el aire salino; visitar viñedos cercanos y bodegas de pisco; explorar la reserva de Paracas y las islas Ballestas en una escapada de día completo.

Paracas, Perú, Islas Ballestas.
Paracas, Perú, Islas Ballestas.

La afluencia exige cuidado: evitar dejar residuos, preferir operadores que respeten las rutas marcadas y considerar horarios tempranos o de días de semana reduce el impacto y mejora la experiencia.

Kuélap, la fortaleza que mira la ceja de selva

Levantada por la cultura Chachapoyas entre los siglos VI y XVI, Kuélap es una ciudadela amurallada que domina valles verdes desde una cresta a 3.000 metros.

Yacimiento arqueológico de Kuélap, Amazonas, Perú.
Yacimiento arqueológico de Kuélap, Amazonas, Perú.

Las murallas de hasta 20 metros de alto protegen recintos circulares, frisos geométricos y pasadizos que hablan de una sofisticación arquitectónica previa al dominio inca.

Teleféricos de Kuélap que ascienden a través del bosque nuboso hacia la fortaleza de Chachapoyas, Perú.
Teleféricos de Kuélap que ascienden a través del bosque nuboso hacia la fortaleza de Chachapoyas, Perú.

El acceso moderno, que combina carretera y teleférico desde Nuevo Tingo, acercó el patrimonio a más visitantes, aunque las autoridades han implementado restricciones y cierres temporales por conservación y seguridad estructural.

Conviene verificar el estado de apertura antes de viajar y destinar tiempo para otros hitos de la región, como los mausoleos de Revash o el museo de Leymebamba, que ayudan a contextualizar el universo chachapoya.

Los mausoleos pintados de Revash se aferran a los acantilados de Chachapoyas, guardianes eternos de una antigua cultura tallada en piedra y memoria, Perú.
Los mausoleos pintados de Revash se aferran a los acantilados de Chachapoyas, guardianes eternos de una antigua cultura tallada en piedra y memoria, Perú.

Viajar por estos destinos implica algo más que coleccionar vistas grandiosas.

Calle y balcones en una calle estrecha del pueblo de Leymebamba, Perú.
Calle y balcones en una calle estrecha del pueblo de Leymebamba, Perú.

Supone aceptar ritmos locales, escuchar a las comunidades y moverse con ligereza.

Museo Leymebamba, Perú.
Museo Leymebamba, Perú.

Perú, con su geografía extrema, recompensa al visitante que planifica, pregunta y respeta. En el camino, lo sorprendente deja de ser excepción: se vuelve norma.