Por qué visitar las Islas Fiji: el paraíso que realmente existe

Una mujer camina por las playas de la isla Nacula. Paraíso tropical y desolado, fue el escenario de la famosa película La laguna azul en 1980. Un destino turístico fabuloso en Yasawa, Fiyi.
Una mujer camina por las playas de la isla Nacula. Paraíso tropical y desolado, fue el escenario de la famosa película La laguna azul en 1980. Un destino turístico fabuloso en Yasawa, Fiyi.Shutterstock

Fiji, con sus 333 islas, ofrece un contraste entre paisajes cautivadores y una rica herencia cultural. Desde arrecifes vibrantes hasta ceremonias tradicionales de kava, cada visita revela un mundo donde la naturaleza y la comunidad se entrelazan de manera única.

Fiji suele aparecer en el imaginario como un cliché de postal: playas de arena blanca, un mar que vira del turquesa al azul cobalto y cocoteros dibujados con tiralíneas. Pero más allá de la estética perfecta, este archipiélago del Pacífico Sur es un lugar de naturaleza intacta y una hospitalidad que convierte el viaje en experiencia.

Islas Fiji.
Islas Fiji.

Para quienes se preguntan si ese paraíso existe, la respuesta está repartida entre sus 333 islas.

Un archipiélago fácil de amar y de recorrer

Ubicado entre Australia y Tonga, Fiji se articula en torno a dos grandes islas, Viti Levu y Vanua Levu, y un mosaico de atolones y archipiélagos como Mamanuca y Yasawa.

Yasawas, Fiji.
Yasawas, Fiji.

Nadi, puerta de entrada aérea, concentra conexiones y servicios, mientras Suva, la capital, aporta pulso urbano y vida cultural. La combinación permite diseñar viajes versátiles: desde escapadas románticas en islas privadas hasta rutas de aventura y turismo comunitario.

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El clima es cálido todo el año. La estación seca (de mayo a octubre) ofrece cielos despejados y menor humedad, ideal para buceo y senderismo; la húmeda (de noviembre a abril) trae lluvias más intensas y, ocasionalmente, ciclones, pero también tarifas más bajas y paisajes de un verde encendido.

Un mar que marca la diferencia

Fiji es sinónimo de arrecifes. Sus aguas alojan una biodiversidad excepcional, con jardines de coral blando —especialmente en la costa de Taveuni y el Estrecho de Somosomo— que se cuentan entre los mejores del mundo.

Buceo en Viti Levu, Fiji.
Buceo en Viti Levu, Fiji.

Tanto quienes dan sus primeras brazadas con snorkel como buceadores experimentados encuentran paredes multicolores, tiburones de arrecife, mantarrayas y cardúmenes que parecen coreografías.

Islas Fiji.
Islas Fiji.

Para quienes buscan adrenalina, la ola de Cloudbreak, cercana a Tavarua, es un hito del surf mundial. Y en el otro extremo, lagunas protegidas en Mamanuca y Yasawa brindan aguas calmas para familias y principiantes. La visibilidad suele superar los 20 metros durante la estación seca.

Cultura viva y “bula spirit”

La identidad de Fiji fluye con el “bula”, saludo que es también declaración de intenciones: bienvenida franca y alegre. La población combina raíces indígenas fijianas, comunidades indo-fiyianas y minorías del Pacífico, lo que se traduce en un cruce culinario y festivo único.

Las visitas a aldeas, siempre con respeto a los protocolos locales, permiten conocer ceremonias de kava —la bebida tradicional— y banquetes “lovo”, donde los alimentos se cocinan bajo tierra.

Viti Levu, Fiji.
Viti Levu, Fiji.

En Suva, el Museo de Fiji contextualiza historia y artesanías; en el interior de Viti Levu, los mercados muestran la convivencia de productos tropicales y especias traídas por la diáspora india. La lengua inglesa es oficial junto al fiyiano y al hindi, facilitando la interacción.

Naturaleza más allá de la playa

Si el mar es protagonista, el interior no se queda atrás. La isla de Taveuni, conocida como la “Isla Jardín”, protege cascadas y selvas en el Parque Nacional Bouma.

Puente colgante sobre el río Wainibau, Lavena Coastal Walk, isla Taveuni, Fiji.
Puente colgante sobre el río Wainibau, Lavena Coastal Walk, isla Taveuni, Fiji.

En Viti Levu, el Valle de Sigatoka y las Sigatoka Sand Dunes revelan paisajes distintos: dunas fósiles, sitios arqueológicos y senderos con vistas al litoral.

Dunas de arena en Sigatoka, isla Viti Levu, Fiyi.
Dunas de arena en Sigatoka, isla Viti Levu, Fiyi.

Vanua Levu, menos visitada, ofrece ríos navegables, plantaciones y comunidades con iniciativas de ecoturismo.

Gastronomía que sorprende

La cocina fiyiana combina tradición oceánica y herencia india. El “kokoda” —pescado marinado en limón y leche de coco— convive con curries aromáticos, roti y chutneys.

Tubérculos como el taro y la mandioca, frutas tropicales y mariscos frescos completan una mesa que, en los resorts, se reinterpreta con técnicas contemporáneas.

Logística, costos y seguridad

Fiji es más accesible de lo que parece. Existen vuelos directos desde ciudades de Australia, Nueva Zelanda y hubs de Norteamérica y Asia.

Isla Tivua, Islas Fiji.
Isla Tivua, Islas Fiji.

Una vez en Nadi, los traslados combinan ferris, lanchas rápidas y avionetas. La red de telecomunicaciones ha mejorado, aunque en islas remotas la conexión puede ser limitada, lo que para muchos es parte del encanto.

Los costos varían: hay resorts de lujo con islas privadas, pero también pensiones familiares y hostales, especialmente en Viti Levu y Vanua Levu.

Bungalow en Fiji.
Bungalow en Fiji.

La seguridad es, en general, buena; el sentido común —hidratarse, protegerse del sol, respetar corrientes y señalizaciones— es el mejor aliado.

¿Para quién es Fiji?

Bungalow en Fiji.
Bungalow en Fiji.
  • Parejas que buscan privacidad y escenarios espectaculares.
  • Familias que valoran aguas calmas y actividades para todas las edades.
  • Viajeros activos atraídos por buceo, surf y senderismo.
  • Amantes de la cultura interesados en experiencias auténticas con comunidades locales.