Virgin Galactic, fundada por el multimillonario Richard Branson, y Blue Origin, del creador de Amazon Jeff Bezos, compiten, utilizando tecnologías totalmente diferentes, para terminar sus pruebas y convertirse en la primera compañía en ofrecer este servicio.
Ni los pasajeros de Virgin ni los de Blue orbitarán la Tierra, y su experiencia con la ingravidez durará solo unos minutos. Se trata de una experiencia muy diferente a la que tuvieron los primeros turistas espaciales, que pagaron decenas de millones de dólares para viajar a la Estación Espacial Internacional (EEI) en la década de los 2000.
Luego de pagar por un boleto mucho menos costoso -250.000 dólares en Virgin y aún no se sabe cuánto en Blue Origin-, estos nuevos turistas espaciales se adentrarán decenas de kilómetros en la atmósfera antes de regresar a la Tierra. A manera de referencia, la EEI está en órbita a unos 400 km de nuestro planeta. La meta es atravesar esa línea imaginaria donde comienza el espacio exterior, bien sea la línea Karman, a 100 km de la superficie terrestre, o la frontera que reconoce la fuerza aérea de Estados Unidos, que está a 80 km.
En el caso de Virgin Galactic, seis pasajeros y dos pilotos es la capacidad de la nave VSS, que tiene la apariencia de un jet privado. Esta unidad estará acoplada a otra nave espacial que la acompaña en su recorrido inicial -el WhiteKnightTwo- de la que se separa a una altura de aproximadamente 15 km.
Una vez que se separen, la VSS pondrá en marcha su propulsor y seguirá su camino. Entonces los pasajeros flotarán en un ambiente de gravedad cero por unos minutos antes de regresar a la Tierra. El descenso es suavizado por un sistema que hace que la cola de la nave se mueva formando una especie de arco antes de volver a su posición normal, comience a planear y termine aterrizando en el puerto espacial de Virgin en el desierto de Nuevo México.
El viaje dura en total entre hora y media y dos horas. Durante una prueba realizada el 29 de mayo sobre el desierto de Mojave, la nave espacial alcanzó una altura de 34 kilómetros. En octubre de 2014 una nave de Virgin tuvo un fallo durante el vuelo debido a un error del piloto y uno de los dos pilotos a bordo murió. Las pruebas se reiniciaron luego con otra nave.
La compañía logró un acuerdo para abrir un segundo puerto espacial en el aeropuerto Tarente-Grottaglie, al sur de Italia. Branson dijo en mayo en un programa de la BBC que él mismo espera ser uno de los primeros pasajeros en los próximos 12 meses. Unas 650 personas ya están en la lista de espera para realizar este viaje, según informó Virgin a la AFP .
Por su parte, Blue Origin trabaja con una tecnología que se parece más al cohete tradicional: el New Shepard. En esta nave, seis pasajeros se suben a una cápsula insertada en la punta de un cohete de 18 metros.
Luego del lanzamiento, esta cápsula se separa del cohete y continúa su trayectoria durante varios kilómetros. Durante una prueba el 29 de abril, la cápsula llegó hasta más allá de los cien kilómetros. Luego de unos pocos minutos de ingravidez, en los cuales los pasajeros pueden ver hacia el exterior a través de grandes ventanas, la cápsula gradualmente vuelve a la Tierra ayudada en su descenso por tres grandes paracaídas y retropropulsores que desaceleran la caída.
Desde el despegue hasta el aterrizaje el vuelo tomó unos diez minutos en la última prueba. Hasta ahora, en las pruebas solo se han utilizado muñecos, pero uno de los directores de la compañía, Rob Meyerson, afirmó que “pronto” se comenzarán a hacer pruebas con seres humanos. Otro directivo de Blue Origin, Yu Matsutomi, informó en una conferencia este miércoles que las primeras pruebas con seres humanos tendrán lugar “al final de este año” , de acuerdo a Space News.
SpaceX y Boeing están desarrollando sus propias cápsulas para transportar a astronautas de la NASA, que deben estar listas en 2020 después de algunos retrasos.
Es una fuerte inversión que en parte será probablemente financiada ofreciendo vuelos privados. “Si estás pensando en viajar al espacio, tendrás cuatro veces la cantidad de opciones que tenías antes” , le dijo a la AFP Phil Larson, decano adjunto de la escuela de ingeniería en la Universidad de Colorado.
A largo plazo, la compañía rusa que fabrica los cohetes Soyuz está estudiando la posibilidad de llevar turistas a la EEI. Y una compañía estadounidense llamada Orion Span anunció a principios de este año que espera poner en órbita un lujoso hotel espacial dentro de unos pocos años, si bien el proyecto apenas se encuentra en sus primeras etapas.