De encuadernador a científico
Faraday comenzó su vida laboral como aprendiz de encuadernador, donde se enamoró de la lectura y el conocimiento científico.
Su suerte cambió cuando, tras asistir a conferencias del reconocido químico Humphry Davy, fue contratado como su asistente en el Royal Institution. A partir de entonces, Faraday dedicó su vida a la investigación.
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Pionero de la electricidad
Uno de los hallazgos más trascendentales de Faraday fue la inducción electromagnética en 1831. Descubrió que un campo magnético variable puede inducir corriente eléctrica en un conductor, fundamento que hizo posible la creación del generador eléctrico.
Sin este descubrimiento, la sociedad no contaría hoy ni con la energía eléctrica generalizada ni con los motores eléctricos que mueven desde electrodomésticos hasta trenes y automóviles.

Además, Faraday fue pionero en el estudio de la electroquímica. Estableció las leyes de la electrólisis y acuñó términos científicos fundamentales como “ánodo”, “cátodo”, “ión” y “electrodo”.
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Ciencia y sociedad: un legado universal
Lejos de guardarse sus conocimientos para una élite, Faraday fue un gran divulgador científico. Sus célebres “Conferencias de Navidad” en la Royal Institution acercaron la ciencia a niños y adultos, sembrando en generaciones de jóvenes el deseo de investigar y comprender el mundo.
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Faraday también fue un firme defensor de la ciencia pura, convencido de que el descubrimiento del conocimiento debía anteponerse a su aplicación comercial.
No patentó ninguno de sus inventos ni sacó provecho personal de ellos, una ética que sigue inspirando a científicos en la actualidad.
Un impacto que perdura
Más allá de sus investigaciones sobre la electricidad y el magnetismo, Faraday exploró campos como la química, logrando aislar el benceno y trabajar en el desarrollo de los primeros tipos de vidrios ópticos especiales para lentes.
El impacto de su trabajo es tan profundo que la unidad de capacidad eléctrica en el Sistema Internacional lleva su nombre: el faradio. Sus ideas y valores influenciaron a figuras históricas como James Clerk Maxwell y Albert Einstein.
Un faro para la humanidad
Michael Faraday falleció en 1867, pero el mundo moderno sigue viviendo a la sombra luminosa de sus descubrimientos, desde la generación de energía hasta la electrónica, la comunicación y la investigación científica.
En esencia, Faraday no solo transformó nuestro conocimiento de la naturaleza; transformó la manera en que vivimos y nos relacionamos con el mundo, demostrando que el genio y la pasión pueden surgir de los orígenes más humildes.