Cargando...
El acceso limitado a financiamiento a largo plazo representa un obstáculo estructural para sectores estratégicos de la economía. En el caso de la industria forestal, el BM señalaba que la falta de mecanismos adecuados de financiamiento impide el desarrollo de plantaciones, dado el extenso período sin flujo de caja previo a la generación de ingresos. De manera similar, la bioeconomía enfrenta barreras en la captación de recursos debido a la necesidad de fondos especializados para startups innovadoras y modelos de negocio con mayores niveles de riesgo.
Ante este contexto, los bonos temáticos han adquirido relevancia en todo el mundo como alternativa para movilizar capital hacia inversiones sostenibles de largo plazo y en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) adoptados por la Organización de la Naciones Unidas (ONU). Estos instrumentos de deuda en el mercado de capitales se dividen en bonos con uso específico de fondos como los verdes, sociales y sostenibles (GSS, por sus siglas en inglés), así también existen los vinculados al desempeño sustentable, es decir, con características financieras basadas en objetivos de sostenibilidad predeterminados.
Durante el 2024 en América Latina, los bonos temáticos representaron aproximadamente el 30% de la emisión total en la región, frente al 7% a nivel global. Entre soberanos y empresas de 13 países han emitido 88 bonos temáticos en colaboración con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), alcanzando un total de US$ 46.000 millones, de acuerdo con datos del mismo organismo.
Lea más: Corrupción: una de las limitaciones para entorno de negocios en Paraguay

Comportamiento y perspectivas
Como se mencionaba, los bonos temáticos definidos por el uso de fondos se clasifican en bonos verdes, sociales y sostenibles. Los bonos verdes se destinan exclusivamente a financiar proyectos con un beneficio ambiental evidente: energía renovable, conservación de la biodiversidad, transporte limpio y construcción ecológica. En tanto que los bonos azules son una subclase de bonos verdes para financiar proyectos centrados en el océano con beneficios ambientales, económicos y climáticos positivos.
Por su parte, los recursos de los bonos sociales se destinan exclusivamente a financiar proyectos con un evidente impacto social positivo, especialmente en grupos vulnerables como desempleados o personas en situación de pobreza: energías renovables, conservación de la biodiversidad, transporte limpio y construcción ecológica. En esta misma categoría aparecen los bonos de género, una subclase de bonos sociales para proyectos que apoyen el avance, empoderamiento e igualdad de la mujer. Finalmente, los ingresos de los bonos sostenibles se aplican exclusivamente para financiar una combinación de proyectos verdes y sociales, conforme con el BID.
Estadísticas internacionales como las de MainStreet Partners revelaron que, durante el año 2024, el mercado de bonos verdes, sociales y sostenibles a nivel mundial alcanzó una emisión total cercana a US$ 1 billón (en miles de millones en la región), elevando el volumen acumulado a más de US$ 5,5 billones.
Lea más: Paraguay, hacia el fortalecimiento de un sistema de pagos más digitalizado
Como se ha expuesto, la expansión de los bonos verdes ofrece oportunidades de financiamiento para la bioeconomía. Estimaciones del BM dan cuenta de impactos económicos directos a nivel mundial de hasta US$ 4 billones al año durante los próximos 10 a 20 años.
En todo este contexto, Paraguay ha explorado el financiamiento mediante bonos y créditos verdes, así como de sostenibilidad. Sin embargo, aún no ha desarrollado una estrategia específica para la bioeconomía. Los antecedentes dan cuenta que desde 2020, un convenio marco entre la WWF y la entonces Comisión Nacional de Valores, en la actualidad, Superintendencia de Valores, había desarrollado bonos verdes, calificaciones crediticias y directrices. Desde entonces se han registrado acciones tanto del sector público como privado en el desarrollo del financiamiento mediante los bonos temáticos que serán abordados en la siguiente edición.
* Este material fue elaborado por MF Economía e Inversiones