El último viernes, 30 de mayo de 2025, venció, sin trascendencia alguna, otro plazo para que los gobiernos de nuestro país y del Brasil finalicen la revisión del Anexo C del tratado de Itaipú, aunque con ciertas resonancias de las amenazas que profirió el ministro de Minas y Energía del Brasil.
De acuerdo con publicaciones en el vecino país, específicamente de megawat Energy, Alexandre Silveira, ministro de Minas y Energía del Brasil, declaraba en una reunión del directorio de la binacional - no aclararon si fue solo de la parte brasileña del Directorio de Itaipú o de su Consejo de Administración, que si el proceso no finaliza a tiempo “peligrará el acuerdo, incluida la fijación de la tarifa de la central en US$ 19,28/kWmes”.
Lo más probable es que el auditorio del ministro haya sido la bancada brasileña del Consejo, del que él forma parte en representación de su gobierno.
Silveira, según se desprende del material informativo en cuestión, aparentemente no le pareció importante aclarar que de ese acuerdo también es responsable su gobierno, especialmente él, y que, según una amplia promoción publicitaria de la parte brasileña de Itaipú, les permitió canalizar hacía los usuarios menos pudientes de energía eléctrica más de US$ 300 millones, recursos con los que redujeron, por un determinado período, las tarifas vigentes.
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La tercera fecha invalidada
El 30 de mayo era la tercera fecha que apuntaron para la firma de un nuevo acuerdo, según el documento que publicó la parte paraguaya de Itaipú, bajo el título “Notas explicativas a los Estados Financieros al 31 de diciembre de 2024 y 2023 ...”, en el punto b) Negociaciones del Anexo C del Tratado de Itaipú..., “en reunión realizada el día 21 de febrero de 2025, las Altas Partes ... acordaron que ... el día 30 de mayo de 2025 sería firmado el nuevo Anexo C del Tratado de Itaipú en los términos del “Entendimiento entre Paraguay y Brasil sobre directrices relacionadas a la energía de Itaipú Binacional”.
El “Acuerdo” es el que el gobierno paraguayo divulgó el 9 de mayo de 2024, en cuyo primer punto, de los siete con que cuenta, más dos párrafos de conclusión, los gobiernos de Santiago Peña y Lula da Silva imponían a los usuarios de la energía de Itaipú la tarifa de US$ 19,28/kWmes, con un plazo de vigencia de tres años, el 2024, el presente y el 2026.
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La elección del verbo “imponer” - la tarifa -, en este contexto no tiene nada de arbitrario, porque sus negociadores, ”encarnados" en este acuerdo por los gobiernos de Santiago Peña y Luiz Inácio Lula da Silva, luego de varios meses de indefiniciones e inclusive de amenazas brasileñas, el 11 de abril de 2024, la incluyeron como primer punto de sus “entendimientos”, a pesar de que violaban el Tratado de Itaipú. Recordemos que su tarifa, según el Tratado, debe ser un fiel espejo de su costo de servicio de electricidad.

Pago de la deuda, Anexo C y Tarifa
A finales de febrero de 2023, la entidad binacional terminó de pagar la deuda que contrajo para la construcción de la represa, por consiguiente su peso en el costo de Itaipú desapareció. El hecho debió reflejarse en la tarifa, la que según varias fuentes rondaba entonces US$ 10/kWmes; pero Peña y da Silva prefirieron los US$ 19,28/KWmes, un sobreprecio que, además de transgredir disposiciones del Tratado, agredía las finanzas de los usuarios de su energía.
Las negociaciones bilaterales, una vez más, como el 13 de agosto de 2023, día en que el Tratado cumplió 50 años de vigencia, se congelaron y el plazo del 30 de mayo se volatilizó debido a la siguiente decisión del gobierno de Santiago Peña, explicado del modo siguiente: “hasta tanto Brasil brinde las aclaraciones correspondientes sobre la acción de inteligencia ordenada contra nuestro país en 2022”, según informaba la Cancillería paraguaya.
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El hecho existió, el gobierno de Lula lo reconoció, pero desplazó la responsabilidad del caso sobre la administración de su predecesor, Jair Bolsonaro. No obstante, es pertinente la pregunta si la aclaración de esos “juegos de espionaje” tiene mayor importancia que la continuidad del proceso de revisión del Tratado de Itaipú.
¿Acaso Brasil ignora los reclamos paraguayos en Itaipú? La prensa nacional, especialmente ABC Color, cotidianamente los expone: plena disponibilidad de la energía que le pertenece -el 50% de la producción de la central - y justo precio por su excedente. Los documentos que reunió la anterior administración del país en el portal de la Cancillería paraguaya, lo confirmaban la “estrategia” paraguaya hasta con lujo de detalles,
Tres intentos de paralización
Los intentos de paralización del proceso de renegociación del Tratado de Itaipú cobraron plena visibilidad en las siguientes fechas: 13 de agosto de 2023, cuando el Tratado cumplía 50 años de vigencia, una de sus exigencias para que la revisión de sus artículos pueda concretarse. 31 de diciembre de 2024, tal como Peña y Lula da Silva lo escribieron en el último párrafo del texto de entendimientos del 9 de abril de ese año. Finalmente, el pasado viernes, 30 de mayo, debido a la decisión del gobierno paraguayo de aclarar los juegos de espionaje del 2022.
Llama la atención que sea Brasil el que insista en que se reanude el proceso de renegociación del Tratado, porque el statu quo le es muy conveniente. Esta conclusión se basa en un par de datos incontrovertibles: en 40 años de producción de la central, Paraguay aprovechó apenas alrededor del 10% de su producción, solo 20% de la energía que le corresponde. Además, en todo ese tiempo, Brasil pagó, en promedio, alrededor de US$ 4/MWh. En la región la actual cotización de la energía eléctrica ronda los US$ 100/MWh.
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Que Paraguay, el principal perjudicado por este estado de cosas, insista con seguir con el impasse despierta suspicacias, salvo que, una vez más, entre cuatro paredes, estén otra vez negociando, como en 2023 y 2024, alguna sobretarifa o la continuidad de la actual, para seguir con su presupuesto paralelo Las próximas elecciones, especialmente las municipales, se aproximan y ganarlas, aun cuando sea con fondos públicos, es la especialidad del partido en el gobierno.