Para el titular de la Cámara de Empresas Constructoras de Obras Eléctricas (Cecoel), Gianmarco Felippo, los trabajos del gobierno por mejorar la imagen del país ante la comunidad internacional y mantener la estabilidad macroeconómica, así como la intención de atraer inversiones y desarrollar programas sociales relevantes, aún no están ando sus frutos.
Alertó que estos avances “aún no se traducen en una mejora palpable en la economía real ni en un dinamismo que impulse el empleo y las inversiones internas”. Felippo enumeró una serie de desafíos que, a su criterio, frenan el desarrollo del sector eléctrico y la competitividad del país.
Entre ellos, mencionó la “falta de liderazgo y directrices claras” en temas estratégicos, como la renegociación del Anexo C de Itaipú, la inversión en infraestructura eléctrica, la aplicación de una tarifa técnica y la eventual creación de un Ministerio de Energía.
También cuestionó la “inestabilidad de las reglas de juego” y la complejidad de los marcos normativos en materia de compras públicas, agravados —según indicó— por la implementación de la Ley 7021, que ha generado incertidumbre para la planificación empresarial.
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Felippo advirtió que persiste “una percepción de falta de seriedad y formalidad en las instituciones del Estado”, lo que, a su juicio, desalienta la concreción de inversiones de gran envergadura.
El dirigente gremial sostuvo que el sector necesita “señales claras, previsibilidad y políticas concretas” para fomentar el uso productivo de la energía excedente, fortalecer la infraestructura eléctrica y crear condiciones para un desarrollo sostenido. “Sin ello, la expectativa de crecimiento y competitividad seguirá siendo limitada”, concluyó.