El sistema metropolitano enfrenta desafíos estructurales como subsidios millonarios que aumentan cada año, largas horas de espera en las paradas, flota en mal estado y escasa información para el usuario. Solo en el 2024, el Estado destinó más de G. 336.507 millones (US$ 46 millones) en subsidios al transporte, pero sin mejoras en el servicio. En este contexto, la apertura de datos no es un fin en sí mismo, sino una herramienta para resolver fallas reales del sistema, reflexionan expertos de la Consultora Horizonte Positivo Paraguay.
La versión actual del anteproyecto de ley faculta al Viceministerio de Transporte a publicar información si lo considera pertinente, pero deja la decisión a criterio de cada gestión.
El referido artículo detalla que para que la reforma tenga un impacto real y duradero, esa facultad debería transformarse en una obligación institucional clara y permanente: publicar y mantener actualizados los datos del servicio.
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Menciona también que incorporar este mandato en la ley no sería una carga adicional, sino una herramienta que permitiría evaluar la calidad del servicio, fiscalizar el uso de los recursos públicos y fortalecer la confianza ciudadana en un sistema tan esencial como el transporte metropolitano.
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Lo que muestran las experiencias exitosas
El informe elaborado por los expertos indica además que en la región, varias ciudades han demostrado que abrir los datos del transporte público no solo mejora la transparencia, sino que transforma la forma en que se planifica, se fiscaliza y se presta el servicio. Detalla que ejemplos como Santiago y Bogotá muestran cómo la información abierta puede generar políticas más efectivas, fortalecer la rendición de cuentas y ofrecer mejores resultados para los usuarios.
Así en Santiago de Chile, la transparencia forma parte de la gestión cotidiana del sistema Red Movilidad y a través de su web y aplicación, se publican datos sobre recorridos, horarios, paradas y tarifas, mientras que la Dirección de Transporte Público Metropolitano (DTPM) difunde indicadores sobre calidad del servicio, cumplimiento de frecuencia, contratos y kilómetros recorridos.
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El portal también publica información sobre infraestructura del sistema, como paradas, terminales y estaciones de transbordo, además de los archivos GTFS (General Transit Feed Specification), un formato estándar internacional que reúne los datos de recorridos, horarios y paradas del transporte público y permite su análisis libre por cualquier ciudadano.
El análisis de Horizonte Positivo indica que gracias a esta política de datos abiertos, Santiago puede conocer con precisión cómo opera su sistema. En 2025 se alcanzó un récord de 5.043.677 validaciones en un solo día, y entre 2022 y 2024 los viajes en buses aumentaron un 33 %, según la DTPM.

En lo que respecta a Bogotá, tanto la Secretaría Distrital de Movilidad como el sistema TransMilenio publican de forma continua información institucional y operativa. Los datos abiertos incluyen rutas, frecuencias, tiempos de viaje, ubicación de flota, niveles de ocupación y estadísticas de desempeño, disponibles en tiempo real y para descarga pública, detalla el informe.
Según los datos, el TransMilenio moviliza alrededor de cuatro millones de viajes diarios, combinando sus componentes troncales, zonales y alimentadores. La flota total supera los 10.500 buses, distribuidos entre 2.201 troncales, 7.410 zonales y 948 alimentadores, que en conjunto recorren más de 10 millones de kilómetros al mes.
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Una herramienta de gestión
Estas experiencias demostraron que la transparencia no es solo una práctica de acceso a la información, sino una herramienta de gestión que genera resultados medibles. En Santiago, la publicación de datos permitió ajustar frecuencias y recorridos, reduciendo los tiempos de espera y mejorando la regularidad del servicio y; en Bogotá, la disponibilidad de información operativa facilitó la detección de rutas ineficientes y el rediseño de contratos, optimizando el uso de los recursos públicos y aumentando la puntualidad.
Más transparencia, mejor servicio
El acceso a los datos no debe entenderse como una cuestión técnica, sino como una decisión de política pública y una herramienta de gestión moderna. Los datos son un recurso estratégico que permite al Estado planificar con evidencia, a los operadores mejorar su desempeño y a la ciudadanía ejercer control.
Si bien Paraguay cuenta con la Ley N.º 5.282/2014 “De Libre Acceso Ciudadano a la Información Pública y Transparencia Gubernamental”, tratándose de un servicio esencial como el transporte, la información debería estar disponible y accesible de oficio, sin necesidad de ser solicitada. Publicar datos sobre frecuencias, flota, subsidios y desempeño no es una formalidad administrativa sino una condición para gestionar mejor y rendir cuentas de manera efectiva.
En el caso del transporte, la diferencia no está solo en publicar información, sino en cómo se la utiliza. Es necesario pasar de una transparencia pasiva, centrada en cumplir con la ley, a una transparencia activa, donde los datos sirvan para actuar: planificar rutas con base en evidencia, fiscalizar el cumplimiento de contratos y mejorar la calidad del servicio.
