“Cacería de brujas” del cartismo a través de la Contraloría

El contralor general de la República, Camilo Benítez, anunció que solicitó oficialmente la intervención de los municipios de Asunción a cargo de Óscar “Nenecho” Rodríguez (ANR – cartista) y de Ciudad del Este, presidida por Miguel Prieto (Yo Creo), el líder opositor que logró cortar con la hegemonía colorada en la comuna esteña desde su fundación. Esta “jugada” política es tan solo la consumación de aquella amenaza lanzada por el presidente del Congreso, Basilio “Bachi” Núñez (ANR – cartista), en la que dijo que, si la oposición pedía la intervención de la Municipalidad de Asunción a cargo de su correligionario, él pediría la intervención de la Municipalidad de Ciudad del Este, a cargo de su “enemigo político”, demostrando con esto que la transparencia y la lucha contra la corrupción no son discursos reales ni forman parte de la agenda de gobernabilidad, sino que lo que verdaderamente importa es instrumentalizar a la política como “moneda de cambio” por medio de las instituciones públicas que son usadas para satisfacer sus intereses coyunturales.

El viernes último, el contralor general de la República, Camilo Benítez, en conferencia de prensa anunció que solicitó oficialmente la intervención de los municipios de Asunción a cargo de Óscar “Nenecho” Rodríguez (ANR – cartista) y de Ciudad del Este, presidida por Miguel Prieto (Yo Creo), el líder opositor que logró cortar con la hegemonía colorada en la comuna esteña desde su fundación.

Esta “jugada” política es tan solo la consumación de aquella amenaza lanzada por el presidente del Congreso, Basilio “Bachi” Núñez (ANR – cartista), en la que dijo que, si la oposición pedía la intervención de la Municipalidad de Asunción a cargo de su correligionario, él pediría la intervención de la Municipalidad de Ciudad del Este, a cargo de su “enemigo político”, demostrando con esto, que la transparencia, la rendición de cuentas y la lucha contra la corrupción no son discursos reales ni forman parte de la agenda de gobernabilidad, sino que lo que verdaderamente importa es instrumentalizar la política como “moneda de cambio” por medio de las instituciones públicas que son usadas para satisfacer sus intereses coyunturales. En otras palabras, nada menos que para el titular del Poder Legislativo, no importaría que se siguiera robando en la comuna capitalina –si ese fuera el caso– si a cambio no se le da la cabeza de un enemigo político.

El intendente capitalino, políticamente desgastado y repudiado por los asuncenos, evidentemente ya no es una “moneda de valor” para sus voraces correligionarios, por lo que resulta sumamente conveniente “entregar su cabeza” para una intervención de la Contraloría General, a cambio de intervenir también la comuna esteña, cuyo intendente es actualmente una de las más fuertes figuras de la oposición con miras a las elecciones presidenciales.

En verdad, no se trata aquí de la pertinencia o no de la intervención recomendada sino el momento en que se produce, pues la situación del intendente de Asunción hace tiempo es señalada como desastrosa, pero el presidente del Partido Colorado y líder del cartismo, Horacio Cartes, no hace mucho, a través del senador Antonio Barrios, le expresaba su público apoyo, durante un programa radial donde estaba siendo cuestionado. Probablemente ahora vieron que la situación de Nenecho ya es insalvable y le van a soltar la mano, a cambio de una apetecible contrapartida, cual es la intervención –y casi segura exclusión del cargo– del intendente esteño, cuyo caso también viene ventilándose desde hace tiempo e igualmente se encuentra imputado. Solo que este se volvió peligroso desde el momento en que viene cosechando adeptos y simpatías, por lo que la amenaza hay que cortarla de raíz.

Nenecho se encuentra imputado por supuesta lesión de confianza y asociación criminal, hechos punibles gravísimos para quien está administrando uno de los presupuestos más grandes del país y a cargo de la capital de la República del Paraguay. Para el Ministerio Público, el intendente asunceno era el líder de una asociación criminal conformada por funcionarios estratégicamente ubicados por él en puestos claves, para canalizar fondos municipales de emergencia en medio de la pandemia sanitaria por covid-19, generando un enorme perjuicio a los contribuyentes capitalinos de más de 1.800 millones de guaraníes en el conocido caso de los “detergentes de oro”.

Además de ello, al verse acorralado por la presión mediática y ciudadana, Nenecho tuvo que admitir, por medio de un informe, el desvío de parte de unos 500.000 millones de guaraníes provenientes de bonos para obras, destinándolos al pago de salarios, buscando darle un ropaje legal a la operación. Extractos bancarios indican que más de 29.866 millones de guaraníes salieron desde la cuenta de los bonos, directamente para pago de salarios y aguinaldo. Pero por falta de coraje para explicarlo personalmente, tuvo que enviar a miembros de su gabinete a presentar dicho informe, aprovechando un viaje a Europa, supuestamente para visitar a su homólogo en Madrid, quien en ese momento se encontraba en Londres para ver el partido final de la Champions League. La Contraloría analizó los documentos y, confirmando el desvío del dinero, presentó un informe a la Fiscalía, que en el marco de la investigación de este caso (que hoy continúa) tuvo que allanar la Municipalidad en busca de documentos.

Tras el anuncio de intervención municipal dado el viernes pasado por el contralor Camilo Benítez, el jefe de la comuna asuncena declaró a los medios de prensa que no teme dicha medida, sino todo lo contrario, pues dijo que se sentiría muy cómodo en la cárcel de Tacumbú ya que cuenta con muchos amigos en ese lugar. Es claro que ante la calamitosa situación financiera de la Municipalidad de Asunción que a primera vista evidencia el manejo displicente y criminal del dinero público, sus correligionarios le soltaron la mano a Nenecho, pero no sin antes aprovechar esta “monedita de cambio” para ir detrás de quien verdaderamente les importa a los cartistas: Miguel Prieto.

Este joven opositor, con apenas 26 años logró ser electo concejal municipal de Ciudad del Este, desempeñando un rol estratégico en el proceso de intervención de la administración encabezada en ese momento por la intendenta Sandra McLeod de Zacarías, esposa del exintendente y hoy senador Javier Zacarías Irún, ambos militantes de la ANR y quienes lideraron la comuna durante 17 años. Esta valiente medida para la que Prieto jugó un importantísimo papel, lo llevó a ocupar primeramente la presidencia de la Junta Municipal y luego a ganar las elecciones municipales para coronarse intendente de la comuna esteña en mayo del 2019.

Esta victoria ponía fin a la hegemonía colorada que, desde la fundación de la ciudad en 1957, había ejercido ininterrumpidamente el poder en una de las ciudades con mayor influencia política y económica del país. Es decir, Miguel Prieto no constituye solamente para el oficialismo el joven que luego de 62 años destronó el feudo colorado en la segunda ciudad más importante del Paraguay, sino que simboliza el posible adversario con mayor fuerza para llegar a la presidencia de la República en el 2028 con un partido independiente, un grave “pecado” para el sector que hoy quiere acaparar todo el poder en la República. Se trata de un “peligroso” enemigo político al que se debe perseguir por todos los medios, inclusive instrumentalizando las instituciones como, a lo que parece prestarse la Contraloría General de la República. Bachi Núñez ya se había convertido en una suerte de portavoz de este deseo: a cambio de otra “cabeza”, ¡o nada!

A este paso, cabe preguntar: ¿serán capaces los legisladores de demostrar a la ciudadanía que representan verdaderamente los intereses del pueblo paraguayo y no se prestan a una cacería de brujas? ¿O simplemente seguirán el guion trazado para “matar dos pájaros de un tiro” con el libreto de la lucha contra la corrupción que están muy pero muy lejos de querer hacerlo realidad?

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