Itaipú, el “apetecible botín” de los colorados

Por si algo faltaba para entender lo que significa Itaipú para los colorados, y en especial para el opulento clan Zacarías Irún de Ciudad del Este, un sincericidio de la diputada Rocío Abed (ANR, cartista, líder de su bancada), y esposa de Justo Zacarías Irún, director paraguayo de la entidad binacional de marras, arrojó un baño de claridad sobre la cuestión. Tras las elecciones ganadas por el nuevo intendente municipal de Ciudad del Este, y en medio de la repartija de culpas y culpables, luego de la contundente derrota del candidato cartista, el exgobernador Roberto González Vaesken, y cuando la mayoría de los dedos apuntaban a los Zacarías Irún como los principales responsables, la mencionada diputada declaró que Itaipú es “un botín” y que “hay muchos interesados en ese botín”. Una de las definiciones de “botín” expresa: “Conjunto de dinero u otros bienes que se obtiene de un robo o atraco”. Según la manera en que lo dijo la legisladora cartista, los “muchos interesados” en Itaipú estarían detrás de algo similar.

Por si algo faltaba para entender lo que significa Itaipú para los colorados, y en especial para el opulento clan Zacarías Irún de Ciudad del Este, un sincericidio de la diputada Rocío Abed (ANR, cartista, líder de su bancada), y esposa de Justo Zacarías Irún, director paraguayo de la entidad binacional de marras, arrojó un baño de claridad sobre la cuestión.

En efecto, tras las elecciones ganadas por el nuevo intendente municipal de Ciudad del Este, y en medio de la repartija de culpas y culpables, luego de la contundente derrota del candidato cartista, el exgobernador Roberto González Vaesken, y cuando la mayoría de los dedos apuntaban a los Zacarías Irún como los principales responsables, la mencionada diputada Rocío Abed declaró que Itaipú es “un botín” y que “hay muchos interesados en ese botín”. Una de las tantas definiciones de “botín” expresa: “Conjunto de dinero u otros bienes que se obtiene de un robo o atraco”. Según la manera en que lo dijo la legisladora cartista, los “muchos interesados” en Itaipú estarían detrás de algo similar.

Estas declaraciones, que, si bien no sorprenden demasiado a la opinión pública, no dejan –sin embargo– de ser preocupantes al ser expresadas por la esposa del director de la binacional, quien no contenta con reconocer abiertamente y sin ruborizarse que Itaipú es un “botín”, sostuvo que “todos saben” que dicha entidad es “muy apetecible”. La pregunta que debería responder es: ¿apetecible para qué?

Recordemos que en entrevista con ABC, el diputado colorado Roberto González (ANR, Añetete) había declarado que el día de las elecciones se utilizaron los recursos de Itaipú para ganar aquellos votos cautivos que otrora le permitió al oficialismo llegar y mantenerse en el poder, a través del “clientelismo y la prebenda”. Remató diciendo: “Con las turbinas de Itaipú a cuestas, la familia Zacarías encabezando la comparsa, y perdemos como en la guerra”.

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Si bien, el pueblo esteño demostró evidentemente no estar interesado en los recursos del “apetecible botín” a la hora de elegir a su representante comunal, de las expresiones de Rocío Abed puede deducirse que aquellos recursos de nuestra hidroeléctrica contribuyeron para que la familia Zacarías Irún mantenga un poder hegemónico en el Este del país, a ocupar bancas en el Congreso y tal vez a conseguir impunidad de la Justicia.

Luego de las expresiones de la mencionada legisladora, ¿se podría pensar que la actual diputación de la misma y la senaduría de Javier Zacarías Irún serían frutos del “apetecible botín” que hoy maneja la familia? A partir de estas confesiones, ¿serán capaces de explicar cómo solventaron su campaña y la cantidad de “votos cautivos” que hoy figuran en la nómina de la binacional?

Por su parte, Justo Zacarías Irún, titular del “apetecible botín”, negó que el clan Zacarías haya sido el responsable de la caída electoral y sostuvo que las críticas hacia su familia están basadas más en percepciones que en hechos concretos. Sostuvo que a pesar del tiempo “sigue siendo Sandra Zacarías, le pese a quien le pese, la candidata más votada de la historia del Partido Colorado en Ciudad del Este”. ¿Será también capaz de asumir que con el clan Zacarías Irún en plena vigencia han perdido por la mayor cantidad de votos en la historia de la ANR en Ciudad del Este? Paradojas...

Además del sincericidio realizado por los Zacarías, otros actores políticos también pasaron a la historia por sus confesiones tras la derrota. Empezando por el presidente de la República, Santiago Peña, quien trató de minimizar el fracaso electoral diciendo que no se trata de las elecciones nacionales sino tan solo de una región del país, aunque se trate nada menos que del pulmón económico del Paraguay.

También hizo lo suyo el presidente del Congreso, Basilio “Bachi” Núñez (ANR, cartista), quien en un acto de “fe” sostuvo que en las próximas elecciones municipales de 2026 “teñirán de rojo” el país, olvidando que lo único que han hecho en los últimos años es teñir de indignación a varios municipios con las causas judiciales que enfrentaron sus intendentes, incluso por “asociación criminal”, como en el caso de la Capital.

Lo sucedido el domingo pasado en Ciudad del Este es una bocanada de aire fresco frente a tanta demostración de prepotencia, corrupción y de uso del dinero público presuntamente para saciar las apetencias políticas de quienes llegan y se mantienen en el poder como de quienes los colocan en esas sillas a cambio de las viejas prácticas de clientelismo y venta de favores.

Si los hombres públicos perdieron la vergüenza y abiertamente pululan los nombramientos de “nepobabys”, bachilleres con altos salarios y sin preparación, licitaciones en favor de amigos del poder, no se dan explicaciones sobre ostentosas mansiones y se solicitan facturas de compras a nombre de terceros para eludir declaraciones al fisco y a la ciudadanía, o declaran públicamente que “mueven la colita” cada vez que ven a su “líder”, como perritos serviles, que el pueblo paraguayo recupere el valor de su voto para demostrarles quién es el verdadero SOBERANO.

En el caso de Itaipú y la diputada Abed, “a confesión de parte, relevo de pruebas”.