Otra raíz conquista al mundo

La chirivía (Pastinaca sativa) es una hortaliza similar a la zanahoria que junto con el nabo y la alcachofa de Jerusalén han retornado a las cocinas de Europa. Los grandes chefs están explorando el pasado gastronómico y vuelven a sus raíces. A la chirivía también se la conoce como pastinaca y es nativa de Eurasia, donde su consumo era muy importante, ya que constituía un alimento básico, como las papas antes de que estas hicieran aparición y desterraran a otros alimentos. Es una raíz de color que va del blanquecino al pardo claro, con forma alargada, cónica y un sabor que recuerda a la zanahoria, aunque su textura no es tan crujiente y acuosa, así que su cocción es un poco más rápida que la de la zanahoria. Se consume en caldos, sopas, guisos y purés; incluso, por su dulzor, se pueden hacer postres. De hecho, era habitual en Gran Bretaña hacer uso de la chirivía para hacer pasteles y mermeladas cuando el azúcar era económicamente inalcanzable. Se puede usar en crudo, hechas al horno, a la plancha, cocidas o fritas. En todas sus formas de cocción (o sin ella) ofrece ese punto dulce, y su almidón participa en el espesor de caldos y sopas.

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