¿Qué hacer si tu hijo llora el primer día de clases?

El primer día de clases es un evento significativo en la vida de cualquier niño, y para los padres, puede ser igualmente emotivo y desafiante. Cuando los niños lloran al enfrentarse a esta nueva experiencia, su reacción puede variar desde una suave inquietud hasta un desgarrador llanto.

Niño llorando.
Niño llorando.Shutterstock

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Entonces, ¿cómo deberían reaccionar los padres para ayudar a sus hijos a enfrentar y superar este momento? En ocasiones, los padres no tienen idea de cómo lidiar con el estrés de sus hijos el primer día de clases, en especial cuando ello implica el llanto hasta a veces desesperado de los chicos.

Qué hacer si tu hijo llora el primer día de clases

Mantené la calma y ofrecé consuelo: lo primero y lo más importante es mantener la calma. Tu actitud puede influir enormemente en cómo tu hijo percibirá la situación.

Al mantenerte sereno y ofrecer consuelo, podés ayudar a tu hijo a sentirse más seguro.

Hablá con el con tono suave y tranquilo, asegurándole que entendés sus sentimientos y que está bien sentirse nervioso o asustado.

Establecé una rutina. Ayudá a tu hijo a acostumbrarse a la idea del colegio estableciendo una rutina previa al primer día de clases.

Visiten juntos la escuela, hablen sobre lo que acontecerá durante el día y discutan las actividades emocionantes que les esperan.

Al familiarizarse con el entorno y la rutina, tu hijo estará menos propenso a sentirse abrumado.

Practicá despedidas breves. Es importante establecer un patrón de despedidas breves y felices antes de que empiece el colegio.

Practicá despedirte de tu hijo por períodos cortos de tiempo para que se acostumbre a estar sin vos. Cuando llegue el momento de dejarlo en la escuela, una despedida rápida y alegre ayudará a transmitir la idea de que el adiós es solo temporal.

Conocé a la maestra y los compañeros de clase. Organizar un encuentro informal con el maestro y algunos compañeros de clase antes del primer día de escuela puede ayudar a tu hijo a sentirse más cómodo.

Saber que ya conoce a alguien al entrar en el aula puede ser un gran alivio para un niño ansioso.

Escuchá y validá sus emociones. Es clave escuchar a tu hijo y validar sus emociones, sin importar cuán pequeñas o grandes sean.

Reconocer sus miedos y ansiedades y asegurarse de que entiende que lo tomas en serio puede ayudarlo a sentirse apoyado y entendido.

Preparate para posibles retrocesos. Incluso si tu hijo ha tenido una gran adaptación inicial, puede haber días en que las despedidas sean más complicadas.

Preparate para estos retrocesos y tené un plan para manejarlos con paciencia y consistencia.

No te demores en la despedida. Cuando llegue el momento de decir adiós, es mejor hacerlo rápido. Demorarse demasiado puede aumentar la ansiedad del niño y hacer que la despedida sea más difícil para ambos.

Hacé un seguimiento. Después del día escolar, pasá tiempo hablando con tu hijo sobre sus miedos, alegrías, y todo lo que experimentó.

Esto no solo le brinda apoyo a tu pequeño, sino que también te brinda información valiosa sobre cómo manejar las mañanas venideras.

Mantené una perspectiva positiva. Reflejá una actitud positiva sobre la escuela y la educación en general. Si tu hijo te escucha hablar positivamente sobre la escuela, es probable que adopte una perspectiva similar.

Buscá apoyo si es necesario. Si el llanto se prolonga o parece ser el signo de algo más preocupante, no dudes en buscar el apoyo de profesionales.

Esto puede incluir hablar con el maestro de tu hijo, un consejero de la escuela o un psicólogo infantil.

El primer día de escuela es un gran paso para los niños y sus padres. Con paciencia, empatía y estrategias apropiadas, pueden convertir esta experiencia abrumadora en un comienzo exitoso y emocionante en el viaje educativo de sus hijos.

Recordar que los niños buscan pautas de sus padres; mantener una actitud positiva y una rutina constante son claves para ayudar a su hijo a adaptarse y prosperar en su entorno escolar.

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