Cargando...
Comprendiendo las fases del ciclo menstrual
El ciclo menstrual se divide generalmente en cuatro fases principales: fase menstrual, fase folicular, ovulación y fase lútea.
Cada una de estas etapas está caracterizada por cambios hormonales específicos que afectan la conducta de la piel.
1. Fase menstrual: días 1-5. Durante la menstruación, los niveles de estrógeno y progesterona son bajos. Esto puede llevar a una piel más seca y sensible. Es crucial centrarse en una hidratación adecuada y productos suaves.
Lea más: La maternidad sin culpa: romper con la sobreexigencia social
Utilizá limpiadores hidratantes, evitá exfoliantes agresivos y aplicá cremas hidratantes ricas.
2. Fase folicular: días 6-14. En esta fase, el estrógeno comienza a aumentar, promoviendo la producción de colágeno, elastina y ácido hialurónico, lo que mejora la elasticidad e hidratación de la piel.
Consejo de skincare: Incorporá antioxidantes como la vitamina C para proteger y aumentar la luminosidad de la piel. Es un buen momento para introducir exfoliantes suaves.
Lea más: Automasaje: cuatro técnicas fáciles para aliviar tensión y mejorar la circulación
3. Ovulación: día 14. El aumento repentino del estrógeno alcanza su punto máximo durante la ovulación. Esto puede dar lugar a una piel radiante y enérgica, aunque algunas personas pueden experimentar brotes ocasionales debido al aumento de la testosterona.

Usá productos que mantengan la piel equilibrada, como aquellos con ingredientes antiinflamatorios, y seguí protegiendo la piel con un buen protector solar.
4. Fase lútea: días 15-28. Durante esta fase, los niveles de progesterona y testosterona aumentan, lo que puede potenciar la producción de sebo y dar lugar a imperfecciones y brotes.
Es recomendable el uso de productos que regulen la producción de sebo, como aquellos con ácido salicílico, y continuá hidratando adecuadamente la piel sin obstruir los poros.
Beneficios de adaptar el cuidado de la piel al ciclo menstrual
Al personalizar la rutina de cuidado de la piel de acuerdo con las necesidades hormonales específicas de cada fase, es posible maximizar los resultados y mantener una piel más saludable y equilibrada a lo largo del mes.
Lea más: Mujeres alfa vs. mujeres omega: nuevos arquetipos de feminidad
Seguir este enfoque permite un mayor conocimiento de cómo el cuerpo y la piel reaccionan a los cambios internos, lo que fomenta una conexión más profunda con el propio bienestar.
Al minimizar el uso de productos que pueden ser contraproducentes en cada fase, se reduce el estrés al que se somete la piel, disminuyendo el riesgo de sensibilidad y brotes.