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Causas comunes del dolor de cuello
- Mala postura: el uso prolongado de teléfonos inteligentes y computadoras puede causar una tensión postural, conocida comúnmente como el “cuello de texto”.
- Estrés y tensión muscular: la tensión emocional puede hacer que los músculos del cuello se contraigan, resultando en dolor.
- Lesiones: un accidente automovilístico o una caída puede causar lesiones menores o graves, como esguinces o fracturas.
- Enfermedades degenerativas: condiciones como la artritis cervical pueden causar dolor crónico.
- Trastornos del sueño: dormir en una posición incómoda o en una almohada inadecuada puede afectar la alineación del cuello.
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Señales de advertencia de un problema más grave
Aunque muchas causas del dolor de cuello son benignas, hay ciertas señales y síntomas que podrían indicar problemas más serios que requieren atención médica inmediata, como el dolor severamente intenso o persistente. Es decir, un dolor que no mejora con reposo o con tratamientos típicos de autocuidado, o dolor continuo que persiste más allá de varias semanas.
Cualquier dolor de cuello después de un accidente automovilístico o una caída debe ser evaluado por un médico. Por otro lado, el entumecimiento, hormigueo en los brazos o manos, o una pérdida de fuerza en los músculos, puede ser un indicio de compresión nerviosa, y también requiere atención profesional.
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Si sentís rigidez que limita severamente el movimiento, o que aumenta junto con fiebre, puede ser un signo de meningitis. Un dolor que se extiende hacia los hombros o brazos podría indicar una hernia de disco o problemas en las raíces nerviosas.
Cuándo buscar atención médica
Si experimentás alguna de las señales de advertencia mencionadas, es crucial buscar atención médica.
Un profesional de la salud puede realizar exámenes físicos, imágenes y otras pruebas para diagnosticar la causa subyacente del dolor. Esto es especialmente importante si el dolor interfiere con las actividades diarias o perturba el sueño.
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Opciones de tratamiento
El tratamiento dependerá de la causa específica del dolor, pero puede incluir:
- Fisioterapia: ejercicios prescritos para mejorar la fuerza y flexibilidad muscular.
- Medicamentos: analgésicos, antiinflamatorios o relajantes musculares pueden ser recomendados.
- Terapias alternativas: acupuntura, quiropráctica o masajes pueden ser útiles para algunos pacientes.
- Cirugía: en casos graves, como una hernia de disco, la cirugía puede ser necesaria.
Aunque el dolor de cuello es a menudo el resultado de tensiones musculares o malas posturas, es importante no ignorar el dolor persistente y evaluar los síntomas que lo acompañan.
Una atención médica oportuna puede prevenir complicaciones y ofrecer un camino hacia el alivio duradero. Siempre es mejor errar por el lado de la precaución y buscar asesoramiento médico cuando el dolor de cuello persiste o se acompaña de síntomas inusuales.