Bienestar: cómo impacta ser madre en la salud mental

La experiencia de la maternidad es, sin duda, un hito transformador en la vida de cualquier mujer. Sin embargo, el impacto emocional que conlleva esta transición es un tema que a menudo se ve envuelto en mitos y malentendidos.

Maternidad y salud mental.
Maternidad y salud mental.Arsenii Palivoda

Mitos comunes sobre la maternidad y la salud mental

“La maternidad siempre es una experiencia feliz”: este es, quizás, uno de los mitos más perjudiciales. Si bien traer una nueva vida al mundo puede ser emocionante, también puede ser desafiante y abrumador.

Es normal experimentar una amplia gama de emociones, desde la alegría hasta el miedo y la ansiedad.

Maternidad y salud mental.
Maternidad y salud mental.

Otro mito reza que “las madres que luchan con problemas de salud mental son malas madres“. Esto estigmatiza a las mujeres que enfrentan problemas de salud mental, haciéndolas sentir avergonzadas de buscar ayuda. La realidad es que lidiar con estas dificultades no define la calidad de la maternidad de una mujer.

Otro clásico dice: “El instinto maternal es automático”. Aunque muchas madres desarrollan un vínculo inmediato con sus hijos, para otras, el instinto o el apego puede tardar más en desarrollarse.

Realidades de la salud mental en la maternidad

Es importante entender que el estrés y la ansiedad son normales. La transición a la maternidad implica cambios emocionales y físicos significativos, por lo que sentirse estresada o ansiosa en ciertos momentos es completamente normal.

También la depresión posparto es real y común, y afecta a aproximadamente 1 de cada 7 mujeres después del parto. Es crucial reconocer los síntomas tempranos, como la tristeza persistente, la fatiga extrema y la falta de interés en las actividades cotidianas.

Recordá que tener apoyo es fundamental; una red de apoyo sólida puede marcar una diferencia significativa en el bienestar emocional de una madre. Ya sea a través de amigos, familiares o grupos de apoyo, compartir experiencias y sentimientos puede aliviar la carga emocional, por lo que siempre es bueno compartir con personas de confianza.

Cuándo pedir ayuda

Reconocer que se necesita ayuda no es un signo de debilidad, sino un paso valiente hacia la recuperación y el bienestar. Algunas señales de advertencia de que podría ser beneficioso buscar orientación profesional son los cambios persistentes en el estado de ánimo. Si experimentás cambios de humor severos, que duran más de dos semanas y afectan tu capacidad para funcionar, es esencial consultar a un profesional.

Maternidad y salud mental.
Maternidad y salud mental.

También deberías prestar atención a las dificultades para cuidar de vos misma o del bebé. Sentirse incapaz de atender las necesidades básicas diarias indica que se requiere apoyo adicional.

Así como si notás pensamientos de autolesión o lesión a otros, ya sea en vos misma o en alguna amiga que esté pasando por momentos complicados, es un signo crítico de que se necesita intervención inmediata. Obtener ayuda profesional es crucial para garantizar la seguridad de todos.

Recordá que ser madre es un viaje lleno de altibajos emocionales. Es vital comprender que las luchas en la salud mental son parte del espectro de la experiencia humana y que buscar ayuda es un acto de fortaleza.

Al desmantelar mitos y enfrentar verdades, las madres pueden recibir el apoyo necesario para fomentar su bienestar y el de sus familias.

Madres que se olvidan de sí: el reto de cuidar sin dejarse atrás

Ser madre implica muchas formas de sacrificio. Desde el momento en que nace un hijo, las prioridades de una madre suelen centrarse completamente en el bienestar, felicidad y desarrollo de su pequeño.

Este enfoque puede llevar, intencionalmente o no, a que las necesidades personales de la madre pasen a un segundo plano. La expectativa social de la “supermamá” que todo lo puede y que siempre está disponible también contribuye a esta dinámica.

Además, las expectativas culturales sobre las madres son, en muchos casos, abrumadoras. Se espera que sean cuidadoras perfectas, siempre disponibles y sin fallos. Sin embargo, la realidad es que estas expectativas pueden llevar a un agotamiento considerable.

Y eso sin contar que el juicio social sobre las madres que se toman tiempo para sí mismas puede ser severo, reforzando la idea de que las madres deben olvidarse de sus propias necesidades para ser buenas cuidadoras.

Pero el descuido personal puede tener repercusiones significativas a nivel físico, emocional y mental. El agotamiento, el estrés constante y una vida sin tiempo para el descanso y el ocio personal pueden llevar a problemas de salud, como la ansiedad, depresión y enfermedades físicas.

La falta de sueño y el estrés continuo pueden impactar severamente la salud de una madre. Sin tiempo para el ejercicio, la relajación o actividades placenteras, las madres pueden ver su energía y salud comprometidas, lo que a su vez afecta su capacidad para cuidar de sus hijos de manera efectiva.

Recordá que el autocuidado no es egoísta; es una necesidad. Las madres deben entender que para cuidar bien de sus hijos y seres queridos, primero deben cuidarse a sí mismas.

Esto implica crear espacios para el descanso, recreación y la realización de actividades que las hagan felices, y aprender a decir no y establecer límites.

¡No tenés que hacer todo!

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