Alimentos que cuidan tu corazón y cerebro: lo que dice la ciencia sobre tu dieta

Una dieta rica en nutrientes esenciales puede mejorar significativamente la salud cardiovascular y cerebral. Investigaciones recientes de la OMS sugieren que alimentos como el pescado graso y el aceite de oliva reducen el riesgo de infartos y deterioro cognitivo. Enterate más.

Nutrición para el cerebro.
Nutrición para el cerebro.RossHelen

La salud cardiovascular y la salud cerebral están fuertemente entrelazadas: la misma circulación que nutre el corazón irriga regiones clave del cerebro.

Los patrones alimentarios que reducen hipertensión, inflamación y estrés oxidativo se asocian con menor riesgo de infarto, accidente cerebrovascular y deterioro cognitivo, según organismos como la OMS y sociedades cardiológicas.

Grasas que protegen: omega-3 y aceite de oliva

Aceite de oliva.
Aceite de oliva.
  • Pescados grasos (salmón, caballa, sardina, arenque): aportan EPA y DHA, vinculados a menos triglicéridos, mejor función endotelial y apoyo a sinapsis. La American Heart Association aconseja incluir pescado graso un par de veces por semana.
  • Aceite de oliva extra virgen: rico en ácido oleico y polifenoles; ensayos asociaron su consumo dentro de una dieta mediterránea con menos eventos cardiovasculares y mejor desempeño cognitivo.
  • Frutos secos y semillas (nuez, almendra, avellana, chía, lino): suman ALA (omega-3 vegetal), magnesio y compuestos antiinflamatorios. Un puñado diario se vincula a mejor perfil lipídico.

Carbohidratos inteligentes y fibra

Guiso de lentejas.
Guiso de lentejas.
  • Legumbres (lentejas, garbanzos, porotos): combinan proteína vegetal con fibra soluble que ayuda a bajar LDL y estabilizar la glucemia, clave para el riego cerebral.
  • Granos enteros (avena, cebada, quinoa, arroz integral): su fibra y beta-glucanos favorecen la salud vascular y la microbiota, con efectos indirectos sobre la neuroinflamación.
  • Frutas y verduras ricas en polifenoles: frutos rojos, uvas, cítricos, manzana, brócoli, col rizada, espinaca. Los flavonoides se asocian con menor declive de memoria y mejor presión arterial.

Micronutrientes clave para la mente y el corazón

  • Potasio (banana, papa, palta, legumbres): ayuda a regular la presión arterial.
  • Magnesio (semillas, frutos secos, verduras de hoja): participa en la transmisión neuronal y la vasodilatación.
  • Vitaminas del complejo B (B6, B12, folato en vegetales de hoja, legumbres, huevos): contribuyen a controlar homocisteína, marcador asociado a riesgo vascular.
  • Vitamina D y yodo (pescados, lácteos fortificados, huevos): relevantes para función neurológica; su estatus óptimo conviene verificar con profesionales de salud.

Alimentos con evidencia a favor

Nutrición para el cerebro.
Nutrición para el cerebro.
  • “Mediterráneo” y variantes MIND: patrones altos en vegetales, aceite de oliva, legumbres, frutos secos, granos enteros y pescado muestran asociación con menor riesgo cardiovascular y cognitivo en estudios observacionales y ensayos.
  • Chocolate amargo (≥70% cacao) y té/infusiones: aportan catequinas y otros polifenoles; consumos moderados se vinculan a mejor función endotelial.
  • Lácteos fermentados (yogur, kéfir): contribuyen a controlar presión y a la diversidad microbiana intestinal, eje relacionado con el estado de ánimo y la inflamación sistémica.

Qué conviene limitar

  • Ultraprocesados con grasas trans, sodio y azúcares añadidos: se asocian con mayor riesgo cardiometabólico y peores métricas cognitivas.
  • Sales en exceso: la OMS recomienda reducir la ingesta de sodio para bajar la presión arterial. Elegí hierbas, especias, cítricos y vinagres para realzar sabores.
  • Alcohol: si se consume, que sea con moderación y junto a comidas; no es necesario para obtener beneficios cardiovasculares.

Estrategias prácticas para el día a día

  • Priorizá colores: al menos la mitad del plato con verduras variadas; sumá una fruta rica en pigmentos (frutos rojos, cítricos).
  • Sumá mar: incluí pescado graso dos veces por semana; si no comés pescado, reforzá con nueces, chía y lino molido.
  • Elegí grasas de calidad: aceite de oliva extra virgen como grasa principal; agregá palta y frutos secos.
  • Cambiá el almidón: reemplazá refinados por avena, arroz integral o quinoa; serví legumbres 3 veces por semana.
  • Pensá en la microbiota: alterná yogur/kéfir y alimentos ricos en fibra prebiótica (banana, cebolla, ajo, espárragos).
  • Planificá colaciones inteligentes: un puñado de nueces, una fruta con manteca de maní sin azúcar, o yogur natural con semillas.

Porciones y señales útiles

  • Frutos secos: 30 g diarios (aproximadamente un puñado).
  • Semillas: 1–2 cucharadas al día, preferentemente molidas si son de lino o chía.
  • Aceite de oliva: 2–3 cucharadas soperas al día dentro del total de grasas.
  • Pescado graso: 2 raciones semanales (120–150 gramos por ración).
  • Verduras: al menos 2–3 tazas diarias; frutas: 2 piezas.

¿Qué dice la ciencia?

  • Ensayos clínicos señalan que un patrón mediterráneo con aceite de oliva o frutos secos reduce eventos cardiovasculares y mejora indicadores cognitivos frente a dietas bajas en grasa.
  • Revisiones en revistas como Circulation y The Lancet vinculan fibra de granos enteros y legumbres con menor mortalidad cardiovascular.
  • Cohortes sobre consumo de flavonoides muestran menor tasa de deterioro cognitivo en quienes alcanzan mayores quintiles de ingesta.
  • Guías de la American Heart Association y la OMS coinciden en enfatizar alimentos mínimamente procesados, fibra, grasas insaturadas y control de sodio.

Cómo empezar hoy

  • En el desayuno, optá por avena con yogur natural, frutos rojos y semillas de chía.
  • Al mediodía, probá ensalada de hojas verdes, garbanzos, tomate, brócoli y aceite de oliva.
  • A la noche, incluí pescado al horno con verduras y una porción de quinoa; de postre, una fruta.
  • Para hidratarte, priorizá agua, té o café sin exceso de azúcar; el café filtrado puede aportar beneficios vasculares en cantidades moderadas.
Enlace copiado