Ganaderos del departamento de Ñeembucú alertaron sobre la muerte de animales vacunos a raíz de las intensas y prolongadas precipitaciones registradas en las últimas semanas. La situación pone en riesgo el ciclo productivo en una de las zonas más importantes del país en cría de terneros, mencionaron.
La combinación de fenómenos climáticos extremos, sequías prolongadas seguidas de un otoño lluvioso atípico está afectando el desarrollo de los terneros o desmamantes, etapa clave para su posterior venta a confinamiento y engorde para faena.
Ñeembucú es considerado uno de los principales productores de terneros del país, pero actualmente atraviesa una de las peores crisis ganaderas, según expresó el productor Gerardo Rolls, de la ciudad de Pilar.
“El ganadero siempre es el más perjudicado. Salimos de una sequía fuerte y ahora enfrentamos este otoño invierno húmedo, con lluvias persistentes que agravan el panorama" señaló.
“Hay mortandad de animales en el campo tanto en pequeños como grandes establecimientos, y lo más grave es que; no hay asistencia de las instituciones del Estado, como el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) u otras instituciones”, cuestionó Rolls.
El productor señaló que, a pesar del discurso oficial sobre la fortaleza del rubro exportador, la realidad del interior es crítica.
“Estamos perdiendo parte del hato ganadero. Disminuyó la cantidad de vientres y no hay financiamiento adecuado para retención. Los créditos disponibles son caros, y sin respaldo no se puede sostener la producción”, explicó.
A este complejo panorama se suma el mal estado de los caminos rurales, que complica el transporte de animales.
“Los puentes ya están al límite de su vida útil. Cada lluvia fuerte los deja inoperables. Entre Villalbín y Desmochados, por ejemplo, un puente fue arrastrado por la corriente, impidiendo el movimiento de ganado”, denunció.
Los productores de Ñeembucú reclaman una política pública seria, inversiones en infraestructura vial y un plan de asistencia técnica y financiera que les permita enfrentar los desafíos climáticos sin poner en riesgo la base de la producción cárnica nacional.