Monseñor Benítez ofició la misa en guaraní. Y en su palabra hizo énfasis en que “Ñane retãme ñaikotevẽ salvación rehe” que significa en nuestro país necesitamos la salvación.
Aseguró que esa salvación no puede ser confundida con discursos o promesas vacías, sino que siempre debe estar fundamentada en la fe verdadera. “Porque solamente Jesucristo será el que nos salve”, dijo.
Señaló que muchas veces, por la desesperación, buscamos salvaciones falsas. “Aprendamos que si tenemos la fuerza de la fe, todo podemos lograr”, expresó.
El obispo recordó que la sociedad paraguaya atraviesa múltiples dificultades que afectan a las familias y a las comunidades, pero insistió en que la respuesta está en la confianza en Dios y no en atajos.
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“No existe salvación rápida, no existe salvación inventada. El único que puede levantarnos de nuestras caídas es Jesucristo. Las soluciones fáciles que nos presentan muchas veces son engaños. No crean en salvaciones falsas que ponen las autoridades porque muchas veces nos defraudan. ”Ani ñaconfia la autoridades añónte porque oredefrauda heta jey”, manifestó.
Al mismo tiempo, exhortó a cada familia a asumir un papel activo en la construcción de una sociedad más justa y solidaria: “Ayudémonos nosotros mismos en casa, con papá y mamá, seamos salvación. Ñandemo pysyrõ va’erã, ñañeha’ã ñande sy ha ñande túa rehe” (debemos salvarnos entre nosotros mismos, esforzándonos junto a nuestros padres)" dijo.
Indicó que la fe no debe quedar solo en los templos, sino vivirse en lo cotidiano: en el respeto, en la educación de los hijos, en la solidaridad con el prójimo y en la honestidad en los pequeños actos de la vida diaria.
Falta de atención a necesidades básicas
De manera particular, mencionó la situación de la salud pública, criticando la falta de atención de las autoridades a las necesidades básicas de la gente: “Rejapysaka porãramo, rehecháta heta mitã, heta sy, heta karai, oñeha’ã hína ikatu haguã ho’a porã la salud rehe, ha ndaha’éi la Estado ombohovái chupekuéra. Ñande pueblo oiko ñembyahýi de salud” (si escuchamos con atención veremos que muchos niños, madres y adultos luchan por tener acceso a la salud, pero el Estado no les responde; nuestro pueblo padece hambre de salud).
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Conciencia ciudadana
Monseñor Benítez también pidió más conciencia ciudadana en la relación con las autoridades: “Ñañeha’ã va’erã jahecha mávapa ojesesforza de las autoridades ha ojapo las cosas. Jahechamína mba’éichapa ojapo hikuái ikatúva ñanepytyvõ rehehápe. Heta jey ha’ekuéra oñembotavy, ndohechái la oikóva, ha upévare heta familia oguereko problema iñasẽ’ỹva” (debemos esforzarnos en ver qué autoridades realmente trabajan, porque muchas veces se hacen los desentendidos y dejan que los problemas crezcan)”.
Finalmente, monseñor llamó a todos a la oración y al compromiso: “Recemos por nuestras autoridades para que se den cuenta y entiendan que por algo los elegimos, para que actúen. Pero también recemos por cada uno de nosotros, para que no perdamos la fe, para que no nos cansemos de luchar por un Paraguay mejor. ”Ñande retã oikotevẽ ñande py’a guasu ha ñande jerovia Jesucristore” (nuestro país necesita de nuestro valor y de nuestra fe en Jesucristo).
Al término de la misa, la devoción se extendió más allá del templo. Muchos feligreses permanecieron rezando, mientras otros encendieron velas agradeciendo a la Virgen por las bendiciones recibidas.

Como cada domingo, la explanada de la Basílica estuvo colmada de feligreses que acompañaron la ceremonia. La animación musical estuvo a cargo del grupo folclórico “Las Paraguayas”, que con sus voces y canciones dieron un marco especial a la jornada litúrgica en Caacupé.


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