ABC Rural conversó con Liliana Miranda, directora de Planificación del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), quien nos contó sobre el desarrollo del agronegocio a nivel nacional y las dos realidades productivas, la Región Oriental y el Chaco, ambas impulsadas por una ola de innovación tecnológica, desde la agricultura de precisión hasta la gestión de macrodatos.
Sin embargo, las zonas productivas enfrentan aún desafíos tecnológicos y logísticos, especialmente en infraestructura de trasformación y valor agregado de la producción primaria y el acceso a mercado mediante vías de transporte seguras y multimodal.
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Zonas de producción
El análisis del MAG ha permitido delimitar zonas de alta concentración productiva, revelando un mapa claro de dónde y cómo se generan la riqueza de los agronegocios en el país. Aunque el crecimiento se ha registrado en casi todos los departamentos (excepto en Central, que mantiene una dinámica predominantemente urbana), la intensidad se focaliza en regiones específicas.
La Región Oriental se beneficia de una mayor disponibilidad de suelos de alta fertilidad natural y una mayor densidad de población, lo que genera una economía más diversificada y con más industrias de procesamiento, indicó Miranda. La presencia de molinos, plantas aceiteras y plantas de balanceados es notoria en esta área, instaladas estratégicamente cerca de las fuentes de materia prima.
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Modelos productivos
En la Región Oriental el predominio es el de la agricultura intensiva, mayor diversificación económica y una infraestructura más desarrollada; mientras que en la Región Occidental o Chaco se caracteriza la ganadería extensiva a gran escala.
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En el Chaco el modelo se centra en el manejo de grandes extensiones de tierra para la cría. Las condiciones ambientales son más extremas, y el clima más seco. Los frigoríficos y la producción lechera cooperativa han desarrollado importantes industrias.
Sector ganadero
Según datos de la Fundación de Servicios de Salud Animal (Fundassa), respecto a la tenencia de ganado bovino en Paraguay, la Región Occidental (Chaco) concentra el 45,76% del total de cabezas, con 5.921.611 animales. El departamento de Presidente Hayes es el principal motor, alberga el 16,28% del hato nacional, seguido por Boquerón (15,77%) y Alto Paraguay (13,72%).
La Región Oriental, por su parte, supera en cantidad de tenedores y establecimientos y aporta el 54,24% restante.
La ganadería es uno de los sectores más dinámicos en relación a las exportaciones y el consumo local. Según el Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa), al cierre del 2024, nuestro país contó con una población bovina de 13.470.055 de cabezas, lo que representa una disminución de 16.562 frente a los 13.486.617 del 2023.
Mientras que, en relación al 2014, se registraron 14.465.581 cabezas, es decir, hay casi 1 millón de cabezas menos de ganado en comparación con el 2024, lo que complica la sostenibilidad de la producción.
Sector agrícola
De acuerdo a datos del Instituto Nacional de Estadística, la campaña agrícola 2021/2022 estuvo marcada por desafíos climáticos que impactaron negativamente la producción de granos y cultivos. A pesar de un aumento en la superficie cultivada de algunos productos, la producción total mostró caídas en varios rubros fundamentales, según el último informe oficial.
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Soja: La producción del principal commodity del país sufrió un desplome. Se pasó de 10.537.080 toneladas en el ciclo 2020/2021 a 5.219.683 toneladas en 2021/2022. Esta caída se registró incluso con una leve reducción en la superficie cultivada (de 3.640.000 a 3.539.808 hectáreas), señalando una pérdida de rendimiento por hectárea, atribuible principalmente a la intensa sequía.
En 2024 el sector se recuperó y superó la producción de 11 millones de toneladas, con exportaciones de 8 millones de toneladas, en un total de 3.650.000 hectáreas sembradas. Durante el primer semestre del 2025, según la Capeco, se exportaron 4,1 millones de toneladas, generando US$ 1.506 millones de ingresos, mientras durante el mismo periodo en 2024 se registraron ingresos por US$ 2.166 millones.
Maíz: Fue el cultivo con el mayor crecimiento, pasando de 3.525.000 en 2021 a 6.407.000 de toneladas en 2022. Este aumento fue impulsado por una significativa expansión de la superficie cultivada, que pasó de 850.000 a 1.096.000 hectáreas en el mismo periodo, según la Capeco.
Algodón y trigo: El algodón experimentó una leve caída en su producción total (de 29.800 a 28.943 toneladas), aunque con un aumento sustancial en la superficie cultivada (de 12.000 a 18.854 hectáreas). El trigo mantuvo su producción prácticamente estable, pasando de 927.776 a 972.872 toneladas, con una superficie similar en ambos ciclos.
Arroz: en el 2024 la superficie sembrada fue aproximadamente de 200.000 hectáreas en las zonas de Carmen del Paraná, Coronel Bogado y Misiones y alcanzó aproximadamente 1,3 millones de toneladas de producción, lo que significa un crecimiento del 50% en comparación con el 2014. Las zonas de cultivo de han extendido hacia Ñeembucú, Arroyos y Esteros y Chaco, según Fabián Pereira, vicepresidente de la APROSEMP. El destino de las exportaciones fueron Brasil con el 73%, Chile, Costa Rica, Perú, Honduras y otros 31 países. Para el mercado local se destinan 250.000 toneladas.
Caña de azúcar: Este cultivo mostró una productiva más fuerte en términos porcentuales. La producción pasó de 7.221.100 toneladas a 5.048.888 toneladas, a pesar de mantener estable la superficie (105.000 hectáreas).
Región Oriental bate récord en superficie forestal
Al cierre de 2024, la superficie total de plantaciones forestales en Paraguay fue de 339.866 hectáreas, una cifra que equivale al 0,9% del territorio nacional.
Los datos revelan una marcada asimetría regional en la distribución de esta extensión forestal. La Región Oriental concentra la inmensa mayoría de la actividad, aglutinando el 99,6% de la superficie plantada. En contraste, la Región Occidental solo alberga el 0,4% restante.
Este crecimiento sitúa al sector forestal como un actor clave para el desarrollo sostenible, aunque crece la necesidad de impulsar la reforestación y las inversiones en la región del Chaco, según informe del Instituto Forestal Nacional (INFONA).
El sector forestal generó en el 2024 ingresos estimados de US$ 100 millones por exportaciones con tres principales destinos: Taiwán, Uruguay y China, y dos productos estrella, carbón vegetal (80%) y madera sólida (20%).
Microempresas y cooperativas como eje social
Al analizar la estructura de las empresas, el MAG menciona que están procesando datos del Censo Agropecuario Nacional; sin embargo, a nivel nacional se confirma una fuerte prevalencia de micro y pequeñas empresas.
“La mayoría del empresariado rural está compuesto por micro y pequeñas empresas. Si bien las medianas y grandes empresas son menos numerosas, concentran el mayor capital y volumen de producción, generando una diferenciación de escala en el agronegocio. Existen rubros que necesariamente deben producirse en grandes volúmenes para acceder a mercados interesantes, así como rubros que por su especificidad no necesitan de grandes volúmenes”, explicó Miranda.
La iniciativa del empresariado nacional para innovar en la producción y exportación en nuevos rubros como el cáñamo, la chía y el heno para alimentación animal, está marcando también el camino hacia la diversificación en ambas regiones.
En este contexto, las cooperativas agrícolas y ganaderas emergen como el pilar social y económico de la Región Oriental. Estas organizaciones desempeñan un papel crucial para la economía rural:
Mejora de ingresos: aumenta el poder de negociación de sus socios mediante la compra conjunta de insumos y la comercialización en bloque.
Desarrollo local y empleo: ligadas al territorio favorecen el desarrollo y generan oportunidades de empleo en las zonas rurales, reduciendo la migración.
Acceso a conocimiento: acceso a asistencia técnica, capacitación y nuevas tecnologías.
Infraestructura y logística
El acceso a vías de comunicación para productores individuales y empresas pequeñas o grandes marca la diferencia en muchos casos de éxito o fracaso. La falta de infraestructura de comunicación adecuada, vial, fluvial u otras, especialmente en las zonas rurales y el Chaco, dificulta el traslado de productos y aumenta el costo logístico.
Además de las vías de comunicación, la baja inversión en tecnologías de procesamiento poscosecha limita la capacidad de producción, el almacenamiento prolongado y, por consecuencia, la oferta por más tiempo de los productos que en su mayoría son perecederos, afectando finalmente a la rentabilidad de los productores.
Inversión extranjera
El sector agroindustrial ocupa el tercer puesto en el ingreso de inversión extranjera durante el primer semestre de 2025. Las inversiones están centradas en el cultivo de soja, maíz, forestación y exportaciones, especialmente hacia mercados como la Unión Europea. Este rubro sigue siendo uno de los pilares de la economía nacional, según datos del Ministerio de Industria y Comercio.
La ganadería y exportación cárnica también es un rubro que atrae inversión debido a su calidad y el potencial de crecimiento de la carne paraguaya.
En relación al rubro forestal, Alemania y otros países están interesados en el sector de la madera y las plantaciones comerciales.
Estas inversiones se concentran en las regiones de mayor producción y exportación, como Alto Paraná, Itapúa, Canindeyú y, por su vastedad territorial y modelo de cría, el Chaco.
Políticas de fortalecimiento para enfrentar desafíos:
- Transferencia de tecnología a todos los estratos de productores.
- Apoyo financiero para pequeños y medianos productores que buscan tecnificarse, programa JEPYTAZO para mipymes y productores no formalizados que prioriza la inclusión financiera de mujeres y jóvenes.
- Sistemas de certificación: para garantizar la calidad y sostenibilidad de los productos exportables.
- Diversificación e innovación para aumentar tiempo y volumen de la producción, mejorar la poscosecha y comercialización.
- Apoyo a los circuitos cortos de comercialización: ferias agropecuarias.