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Documentar públicamente para quienes por escepticismo, desconocimiento o directamente mala fe, relativizan esta nauseabunda manipulación de instituciones para premiar a leales y castigar a quienes no tuercen el espinazo.
Don Lalo, como lo llamaban varios de sus interlocutores, tenía llegada a todos los niveles, y sus gestiones incluían desde conseguir camionetas blindadas, absoluciones de jueces, nombramientos en el Poder Judicial y hasta la libertad de investigados por narcotráfico y lavado de dinero.
Todo esto ya desde su rol gremial y de poderoso hombre de frontera, como un ganadero que llegó a presidir incluso la Asociación Rural del Paraguay, filial Amambay, hasta su llegada a la Cámara de Diputados para ocupar una banca en el Poder Legislativo.
De todos los casos que se van conociendo, y que esperemos se difundan íntegramente con la entrega de todo el contenido de las conversaciones, queremos sin embargo destacar uno.
La constatación una vez más de la manipulación de la justicia, lleva a muchos a proponer fórmulas para cambiar la forma de composición del Consejo de la Magistratura o el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados, como la solución a tanto servilismo, obsecuencia y complicidad.
Sin entrar a discutir las razones de fondo, ni analizar que esto requeriría de una reforma constitucional que sería como abrir la Caja de Pandora en este contexto, debe sin embargo decirse que en medio del tufo que emanan y siguen emanando estos chats, encontramos una leve y fresca brisa en uno de estos casos.
Comencemos primero recordando a las juezas que participaban de los intercambios de favores con el exparlamentario.
En 2021 la jueza Carmen Silva pidió ayuda a “Lalo” Gomes para levantar la suspensión de su colega Ana Aguirre, por haber liberado a Waldemar “Cachorrao” Pereira, detenido por el asesinato del comunicador Leo Veras. Para ello anticipó a Gomes que absolvería a Anderson Ríos Vilhalva, detenido en el Operativo Alba, por quien Gomes venía haciendo gestiones.
“…Hoy ya iniciamos el juicio de Anderson en una de las causas. El viernes 15 termina. Le vamos a absolver. Necesito que le ayudes a la jueza Ana Aguirre para que esté conmigo en la otra causa. Necesito Lic. que no se le suspenda en su función a la jueza porque yo tengo con ella 2 votos para cualquier juicio. Bogarín puede ayudarle haciendo lugar a la nota de reconsideración” le escribió la jueza Silva, a lo que Gomes le respondió que le pase la causa, la carátula, para hablar con Jorge Bogarín, miembro del Jurado, y ayudar a la jueza Aguirre, quien finalmente fue absuelta.
La misma jueza Carmen Silva, en chats posteriores le pidió ayuda para ser nombrada como Jueza de Garantías, Gomes le dijo que iba a operar para eso para tener a su gente en el Poder Judicial, a lo que la jueza le dijo que podría contar con ella “incondicionalmente”.
Pero lo más grave aún se dio en noviembre de 2023, cuando Gomes ya era diputado, la jueza Silva le advertía:
“Buenas noches mi querido Diputado. Mañana vienen fiscales de Asu para 26 allanamientos para que tengas en cuenta”.
Tras la difusión de las conversaciones, la Corte Suprema de Justicia no tuvo otro camino más que suspender sin goce de sueldo a las juezas Carmen Silva y Ana Aguirre, sumariarlas y remitir los hechos al Ministerio Público y al Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados.
Otra jueza de Amambay, Sadi López, le pidió a Gomes apoyo en una causa en su contra ante el Jurado de Magistrados. López fue finalmente absuelta.
Tras este y otros intercambios de favores, la Corte sumarió a la jueza, ninguneando la renuncia que ésta había presentado con la intención de jubilarse luego de que estallara el escándalo. Para la Corte habría existido un intercambio de favores, ya que la magistrada lo ayudaba en varias causas a cambio de su apoyo político.
Es por esto que fue muy diferente leer el intercambio de mensajes entre Gomes y otra jueza, Vivian Quiñónez, de Capitán Bado, a quien pidió entregar a la SENAD una camioneta requisada en un operativo antidrogas.
La jueza decentemente le explicó que eso no era posible, ya que ella optó por entregársela a una comisaría con muy pocos recursos, desatando la furia del diputado que le advirtió que su decisión tendría consecuencias.
“Sabía a lo que me exponía, pero, a veces, ser juez requiere muchos actos de coraje” le explicó a los colegas de la 1080AM que le preguntaron sobre si era consciente de que eso le podría haber traído problemas.
No conocemos a la magistrada, pero se destaca un gesto de dignidad en medio de tanta podredumbre profesional, una leve y fresca brisa en medio del tufo del servilismo, la obsecuencia y la complicidad.
Son los jueces los que imparten justicia, los que con sus fallos determinan la prisión, la libertad, o el perjuicio patrimonial de alguien.
Son ellos los actores fundamentales del sistema de justicia, ese donde se cocina diariamente la maldita impunidad, el mayor de nuestros males.
guille@abc.com.py