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Lo hizo admitiendo que la iniciativa surgió tras conversaciones con varios intendentes que le hicieron el pedido, y con el argumento de que la Constitución no lo prohíbe.
De hecho la Constitución solo refiere en su artículo 167 que el gobierno de los municipios estará a cargo de un intendente y de una junta municipal, que serán electos en sufragio directo por los electores habilitados legalmente.
Es una ley, la del Código Electoral promulgado en 1996, la que establece las reglas de juego para las administraciones municipales.
Pero hecha la ley, hechas las modificaciones.
Ese 1996 el Código estableció que los intendentes no podían ser reelectos en el cargo en el período inmediato siguiente. El espíritu de entonces era buscar que se dé la alternancia de los administradores municipales bajo un principio de búsqueda de transparencia democrática.
Poco duró esa intención, cinco años más tarde, a través de la ley 1830/2001, el Ejecutivo y el Legislativo acordaban que los intendentes ya podían ser reelectos en el período inmediato siguiente, aunque establecían que solo podían serlo por una única vez.
La regla duró 13 años ya que en el 2014 la modificaron nuevamente, permitiendo que los intendentes fuesen reelectos de forma consecutiva o alternada, pero manteniendo la idea de que solo podría ser en una ocasión.
Es ahora el diputado oficialista Derlis Rodríguez, parlamentario por Caaguazú, quien propone cambiar nuevamente la regla, para permitir que todos los intendentes del país puedan ser reelectos indefinidamente.
El proyecto de ley tuvo entrada el 12 de marzo pasado y ya fue girado a las Comisiones de Asuntos Constitucionales, Legislación y Codificación, Asuntos Municipales y Departamentales, Asuntos Electorales y Reestructuración y Modernización del Estado.
Algunos de sus colegas y correligionarios ya rechazaron la idea, Luis González Vaezken la tildó de descabellada y Hugo Meza la considera peligrosísima por la posibilidad de que puedan perpetuarse en el cargo quienes administran dinero público.
“Me parece una aberración… ¿por qué no se declaran reyes y emperadores nomás ya? Hay feudos, familias y grupos políticos que no quieren soltar la intendencia” reaccionaba también el senador opositor Salyn Buzarquis.
A todo esto le agregamos que el riesgo de perpetuidad y falta de alternancia y control democrático es todavía mayor en distritos más pequeños, en los que las estructuras prebendarias y clientelares montadas en torno a la administración municipal tienen un peso electoral aún más importante.
Es fácil entonces imaginar cómo esos intendentes interesados en su reelección seguirán abultando con mayor intensidad las nóminas de funcionarios, con la finalidad de hacer crecer cada vez más esa estructura prebendaria que se moviliza en un día de elecciones.
Por el momento, el proyecto de los intendentes perpetuos parece no tener el apoyo político suficiente como para tomar vuelo.
Sin embargo siempre es conveniente encender las alarmas cuando del poder político se trata, más aún porque la actual legislatura no se caracteriza por un debate amplio y plural; y porque en la anterior el Legislativo y el Ejecutivo decidieron alterar el mandato de cuatro años que habían otorgado los ciudadanos en las urnas, para concederle a los actuales intendentes un año más de administración de los recursos de los contribuyentes.
guille@abc.com.py