Fue solo cuatro meses después de que lo hayan tomado cautivo. El secuestro fue el 12 de octubre de 2016 y su muerte entre el 16 y 17 de febrero de 2017.
Todo esto según escritos hallados en los lugares donde acampaban los terroristas, miembros del autodenominado Ejército del Mariscal López (EML) que se atribuyó el secuestro del hacendado.
La familia de la víctima ya ha sido informada de esto, a pesar de que hace tiempo las hijas del secuestrado ya venían realizando búsquedas de los restos de su padre. Con la confirmación de la muerte de don Félix se ha derrumbado toda esperanza de volver a verlo con vida.
Se sabía de su enfermedad, esto jugaba en contra de que en cautiverio pueda seguir con vida, pero siempre estaba esa luz de esperanza de que continúe viviendo. Aunque resultase casi imposible esto, sus familiares nunca perdieron la fe.
Ahora solo queda por encontrar su cuerpo, las pertenencias de los secuestradores que se van hallando en algún momento podrían aportar datos precisos de dónde estarían sus restos.
Quizá la peor noticia ha llegado a la familia que nunca estará preparada para esto, pero ahora resta por encontrar al ganadero y eso es otro sufrimiento diario. El equipo de búsqueda continúa realizando sus tareas con el objetivo de llegar a su fin.
Evidentemente que las tres mujeres que formaban parte del EML han colaborado bastante para poder ubicar estos depósitos subterráneos, de donde se han obtenido informaciones valiosas para poder ir dilucidando el caso de Félix Urbieta Ramírez.
Con toda esta situación, no se debe olvidar a los demás desaparecidos, el suboficial de Policía Edelio Morínigo, secuestrado por el EPP el 5 de julio de 2014 y el exvicepresidente de la República Óscar Denis Sánchez, llevado a la fuerza por el EPP el 9 de setiembre de 2020.
Sus familias, que ya han realizado numerosas búsquedas, también aguardan informaciones sobre sus paraderos. Sin lugar a dudas, es una gran tarea la que tienen estos equipos de búsqueda.
Analizando todas estas acciones criminales realizadas por los grupos terroristas se puede magnificar el gran daño que han causado a estas familias.