Lula, el bueno

El pasado viernes 4 los partidos Liberal Radical Auténtico (PLRA), Yo Creo y Paraguay Pyahurá y otras ocho pequeñas asociaciones firmaron un comunicado en el que repiten el discurso formulado antes por voceros del “tercer espacio”, según el cual el gobierno debió seguir en la mesa de negociación del Anexo C del Tratado de Itaipú a pesar del espionaje brasileño confirmado por el vecino país.

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Según estas personas había que seguir con las tratativas sobre el Anexo C aún sin saber si nuestros negociadores están controlados desde Brasil, lo cual arroja un manto de dudas sobre la seriedad de los firmantes de este comunicado o sobre su lealtad real.

Nuestro gobierno explicó, por vía de la declaración del canciller Rubén Ramírez Lezcano, que las conversaciones no se reanudarían hasta que haya explicaciones satisfactorias de Brasil, es decir hasta saber con un razonable margen de certidumbre que nuestros delegados no están sujetos a extorsiones y que el detalle de nuestra posición no sea conocida de antemano por los interlocutores. Al menos eso es lo publicado.

No logro entender cómo puede alguien con un mínimo de patriotismo “exigir” que continúen las negociaciones de la cuestión más importante de nuestro país sobre energía en esas condiciones. No lo logro: ¿Cómo puede ser patriótico exponer nuestros derechos a la acción de negociadores cuya seguridad está en revisión?

El propio comunicado expone la seriedad y la complejidad de los asuntos en discusión: La exportación a Brasil de la parte de la energía que no usamos; la tarifa y la deuda espuria de poco más de cuatro mil millones de dólares.

Y propone arriesgar la negociación de esos asuntos a hacerlo sin aclarar el espionaje brasileño y presentando al presidente brasileño, Lula da Silva, como el bueno de la película: Sobre la exportación, “En cuanto a la potencia contratada, el gobierno de Lula ya reconoció en el año 2009 que el Estado paraguayo puede exportar su energía de Itaipú a precio de mercado al Brasil y a terceros países desde el 2023”; sobre la tarifa, “¿Por qué Peña entrega a Brasil nuestra energía de Itaipú a un precio inferior al que el mismo Lula aceptó pagar y pagó ya hace 15 años?”.

En cuanto a la deuda espuria de poco más de cuatro mil millones de dólares que Paraguay reclama, se originó debido que a Brasil se le bajó el precio de la energía entre 1986 y 1997, mientras que, en circunstancias similares en 1999, a Paraguay se le cobraron intereses al 12%. Esa subvención a Brasil generó la deuda en cuestión.

El comunicado afirma que “Peña, en lugar de exigir el debido resarcimiento a favor del Estado paraguayo por esta ilegal deuda espuria, ha optado por el silencio”, pero no explica qué harían los firmantes del mismo si Brasil desconoce la deuda ni por qué no plantearon esto mientras fueron gobierno entre 2008 y 2013.

Lula es el bueno, nuestra contraparte es un coro angelical. A pesar de que el propio comunicado reconoce sus abusos. Notable.

evp@abc.com.py

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