Inmediatamente uno de los tertulianos comenzó el debate, asegurando que el nuevo papa León XIV va a continuar la línea del papa Francisco.
Esto hizo que dos de ellos saltaran automáticamente, casi en coro, asegurando que Prevost es muy diferente a Bergoglio, poniendo como ejemplo que al asumir el papado, utilizó la muceta y la estola que no había utilizado Francisco al salir al balcón principal de la Basílica de San Pedro.
- Esa es una señal de continuidad de lo tradicional - reafirmó uno de ellos.
El otro agregó que vio entre tantos videos en las redes sociales, uno en el que el nuevo papa comentaba hace algunos años que pensó que cuando fue elegido su antecesor, nunca sería consagrado como obispo por algunas diferencias existentes entre ambos, y que para su sorpresa Francisco lo designó posteriormente como obispo de la diócesis de Chiclayo.
Así estaba la mesa, dividida entre simpatizantes de ideas progresistas y conservadoras, casi como si se tratase de una discusión Cerro versus Olimpia u opositores versus oficialistas.
Igual cosa ocurrió cuando discutieron sobre el nombre que eligió, los tertulianos escogieron selectivamente partes de la carta encíclica Rerum Novarum, elaborada por León XIII, papa que inspiró a Prevost a tomar el nombre de León XIV, para enfatizar los aspectos de acuerdo al interés de cada uno.
Así mientras que para algunos el documento defiende la dignidad del obrero, condenando la explotación laboral del hombre por el hombre, para otros en realidad condena al socialismo y defiende a la propiedad privada y al capital como medios de producción.
El profe, quien como siempre escuchaba atentamente a los demás antes de dar su opinión se dispuso a hacerlo, generando inmediatamente la atención y el silencio absoluto en la mesa.
- Sobre este punto todos están en lo correcto, aunque parcialmente - comenzó diciendo, ante la mirada de extrañeza de algunos en la mesa.
- El documento debe ser leído íntegramente y en su contexto - prosiguió, explicándole a sus compañeros que León XIII había emitido esa carta en el contexto de la primera gran revolución industrial, sentando las bases sobre la que se edificaría la actual doctrina social de la Iglesia.
- Fue una posición acorde al tiempo y la necesidad - siguió diciéndoles, recordándoles que el nuevo papa ya explicó que hoy la Iglesia debe ofrecer a todos su patrimonio de doctrina social para responder a otra revolución industrial y a los desarrollos de la inteligencia artificial, que comportan nuevos desafíos en la defensa de la dignidad humana, de la justicia y del trabajo.
El grupo seguía atentamente la exposición del profe, quien se puso un poco más serio para emitir luego su sentencia.
- Lo que creo y vi durante el cónclave es que integrantes de diferentes sectores internos de la Iglesia pretendían como se dice popularmente llevar agua a su molino, dejando consiguientemente seco el de su vecino, así mismo como ocurre ahora en esta mesa - prosiguió.
- Se dan cuenta de lo que está ocurriendo? Todos ustedes se declaran católicos y sin embargo están planteando una división de pensamiento. Como dijo José Hernández en su Martín Fierro: los hermanos sean unidos porque esa es la ley primera; tengan unión verdadera, en cualquier tiempo que sea, porque si entre ellos pelean, los devoran los de afuera - les recitó.
- Y para no aburrirles quiero terminar diciendo que no estaría mal recordar las primeras palabras del propio papa, ante los miles de fieles de diferentes congregaciones que estaban en la Plaza de San Pedro: ayudémonos a construir puentes con el diálogo, con el encuentro, uniéndonos todos, para ser un solo pueblo, siempre en paz. Parecen palabras hechas para este debate - les dijo, remarcando su idea de que con seguridad muchos estarán expectantes y ansiosos de que se produzca un nuevo cisma, todo esto ante la atenta mirada y silencio de los demás miembros de la mesa.
Luego de un incómodo silencio de algunos segundos, uno de los integrantes del grupo bromeó sobre que al nuevo papa parecía gustarle más el tenis que el fútbol, y en eso sí era claramente diferente a su antecesor.
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