Energía

Debo empezar lloviendo sobre mojado porque hay alguna gente que ahora niega lo mojado: Sin energía barata, abundante y segura no hay desarrollo y el desarrollo es sacar a la gente de la pobreza y permitirle que se enriquezca, cuanto más rica, mejor.

La dictadura autodenominada Unión Europea (porque no tiene libertad de expresión y porque mete en la cárcel a sus ciudadanos por lo que ellos opinan) sostiene que la energía debe ser “limpia” y “renovable” y define como “limpia” y “renovable” a formas de producción de energía que ella, la mencionada dictadura, “certifica” y a ninguna otra.

Para la dictadura europea esas energías son la eólica y la solar. Por supuesto, ella se otorga a sí misma excepciones según su propia convenciencia, como la energía nuclear y la del gas.

Lo que la dictadura europea no cuenta es que sus energías “limpias” y “renovables” no son seguras, dependen del clima; tampoco son “limpias” pues requieren destrucción ambiental como la ocasionada por las granjas solares o los molinos eólicos por su implantación y por las necesidades requeridas por la producción de sus componentes; y son, y seguirán por mucho tiempo siendo, más caras que todas las otras, demasiado más.

Las pruebas están a la vista para quien quiera verlas. El costo de la energía en los países europeos que se sometieron al diktat, como Alemania, es hasta cuarenta por ciento mayor que en los países que no lo hicieron.

Consecuentemente, pretender atarnos a la receta de la dictadura europea para nuestra matriz energética (“transición energética” le llaman) es una condena cierta a mantenernos en el subdesarrollo y en la dependencia.

Señalo todo lo anterior porque nos aproximamos rápidamente a consumir todo lo que nos sobraba de Itaipú, Yacyretá y Acaray y la dictadura europea hace intenso lobby en nuestro país para que cualquier cosa que hagamos para superar la situación se haga en sus términos, es decir, en invertir en una matriz energética “limpia” y “renovable” pero insegura, insuficiente y cara.

Reitero: Si triunfan los cipayos ensobrados de la Unión Europea en nuestro país, millones de paraguayos por nacer, nacerán condenados al subdesarrollo y a la dependencia de ese poder colonial.

No hay que ser premio Nóbel para entender que nuestro camino debe ser el contrario al propuesto por la dictadura europea: Más hidroeléctricas, incluida Corpus que tienen paralizada por cuestiones “ambientales”; usinas nucleares, usinas gasíferas si logramos asociarnos al gasoducto argentino/brasileño; y usinas de hidrocarburos si fuera conveniente.

Necesitamos muchísima más energía de la que tenemos si queremos que se instalen en nuestro país las industrias de inteligencia artificial, criptominería y las demás que quieran y lo necesitamos porque sin ellas nunca seremos ricos.

evp@abc.com.py

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