Los casos más llamativos son los del exgobernador de Central Hugo Javier González y su exjefe de Gabinete Miguel Ángel Robles, quienes, tras pasar escasos seis meses en prisión recuperaron su libertad. Robles, en particular, podrá volver a su “trabajo” en la Cámara de Diputados para cobrar un muy buen sueldo de G. 11 millones, sin ningún problema.
Esperar que esta gente tenga un poco de vergüenza y renuncie, dejando de concurrir a los lugares públicos, es muy difícil. De hecho, las informaciones señalan que Robles organizó una “farra” para festejar su libertad. Y, por lo que dijo el asesor jurídico de la Cámara Baja Máximo Medina, no existen mecanismos legales para una sanción ejemplificadora contra esta clase de gente.
También nos enteramos que en la Cámara de Diputados sigue campante en su cargo, cobrando un muy buen sueldo de G. 19.300.000, Willian Bogarín Campuzano, quien a fines del año pasado fuera acusado por estafar a colonos menonitas por un monto de US$ 1,6 millones, causa de la que se libró, vaya uno a saber cómo.
Esta semana también supimos, por la publicación de una investigación a nivel internacional, la descarada impunidad que hubo para los fiscales y jueces de Paraguay que dieron protección a personas investigadas por narcotráfico y lavado de dinero. Las publicaciones mencionan a los fiscales Hugo Volpe y Gustavo Cantero así como a las juezas Carmen Silva, Ana Aguirre y Mirna Soto. Algunas/os de ellas siguen en funciones, protegidas por el mismo sistema judicial.
Casos como estos se publican todas las semanas y no parece que vayan a parar, mientras tengamos a las mismas autoridades en la Fiscalía General y la Corte Suprema de Justicia.
Lo único que tal vez podría hacer que algo comience a cambiar es que la mayoría de la ciudadanía sea consciente de que no debe seguir votando a los mismos políticos que ya le mintieron y defraudaron con falsas promesas y que, una vez electos, se dedicaron a beneficiarse con el poder y a elegir como fiscales y jueces a todos estos “carruajes” que los protegen y les dan impunidad a ellos mientras la gran mayoría de la población los debe seguir padeciendo.
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