El senador colorado Luis Pettengill se encuentra en el centro de la polémica tras sugerir a la ciudadanía no buscar carne premium, sino optar por el puchero, una comida tradicional y popular de la gastronomía paraguaya.
Sus declaraciones generaron fuertes críticas desde diversos sectores, particularmente desde la oposición, que las consideran como una muestra evidente de desigualdad de clases en Paraguay.
La senadora del Frente Guasu (FG) Esperanza Martínez se sumó a las críticas contra Pettengill. Sostuvo que sus palabras revelan una clara división de clases sociales en el país.
“Es honesto en decir lo que piensa. Eso es lo que piensan: que hay dos Paraguay. Uno de privilegios, que puede comer carne de primera, pasearse en autos de primera, comer cheesecake, ir al shopping, viajar y tener una vida suntuosa; y el resto, que se arregle como pueda”, afirmó.
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Martínez enfatizó que la verdadera discusión de fondo es la desigualdad de oportunidades, una problemática que, según ella, el gobierno de Santiago Peña no está abordando como corresponde.
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“Cuando una élite gobierna para la élite”
La legisladora sostuvo que las palabras de Pettengill reflejan una visión elitista de la realidad paraguaya, desconectada de las necesidades del pueblo.
“Cuando una élite gobierna para la élite y hace solamente política para ellos, no vas a comer nunca tu tarta, vas a tener que comer puchero, como dice él, sin despreciar el puchero, que es una comida tradicional y fantástica”, expresó.
Aseguró además que el senador habló desde su “lugar de privilegio”, sin tomar en cuenta la complicada situación económica que enfrentan miles de familias en Paraguay.
Crítica a la desconexión con la realidad social
Martínez compartió una anécdota personal sobre un compañero de lucha que provenía de una familia adinerada. Este le habría contado que sus padres le pedían subir el vidrio del auto cuando pasaban por zonas donde había vendedores ambulantes.
“Lo que pasa cuando uno vive en una burbuja donde las condiciones son tan favorables, es que mira a los pobres desde el vidrio de su auto”, dijo.
Además, apuntó que muchas familias de clase alta creen que la pobreza es un estigma o un defecto personal, sin reconocer que es el resultado de condiciones estructurales de las que muchas veces son responsables.
Martínez concluyó que esta diferencia social y económica es uno de los principales problemas que deben ser transformados para garantizar una verdadera igualdad de derechos y oportunidades en Paraguay.