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La búsqueda de una alimentación saludable que promueva bienestar y longevidad no cesa. En los últimos años, la dieta mediterránea ha sido la estrella indiscutible en el ámbito nutricional, sin embargo, una nueva contendiente ha surgido en el norte de Europa: la dieta nórdica.
Este régimen alimenticio ha captado la atención de los expertos y es considerado por muchos como “la nueva dieta mediterránea”.
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¿Qué es la dieta nórdica?
La dieta nórdica está inspirada en las tradiciones culinarias de países como Noruega, Dinamarca, Islandia, Finlandia y Suecia.

Este régimen se centra en el consumo de alimentos locales, frescos y en su mayoría vegetales, similar a la dieta mediterránea, pero adaptado a los recursos naturales del norte de Europa.
Principios fundamentales
- Consumo abundante de vegetales: al igual que la dieta mediterránea, la nórdica promueve un alto consumo de frutas, verduras, legumbres y tubérculos como parte fundamental de la dieta.
- Granos integrales: emplea granos como la avena, centeno, cebada y el trigo sarraceno, todos ricos en fibra y nutrientes esenciales.
- Proteína saludable: la dieta prioriza el pescado y el marisco, conocidos por sus ácidos grasos omega-3. También incluye carnes magras de reno, alce y aves de corral.
- Incorporación de bayas y semillas: alimentos como arándanos, grosellas, y diversas semillas forman parte importante de la dieta por sus propiedades antioxidantes y vitamínicas.
- Lácteos fermentados: el consumo de productos lácteos fermentados, como el yogur y el kéfir, proporciona probióticos beneficiosos para la salud digestiva.
- Grasas saludables: se utilizan aceites vegetales, especialmente de colza, en lugar de mantequillas o aceites saturados.
Beneficios de la dieta nórdica para la salud
Promueve la salud cardiovascular: la dieta nórdica, rica en ácidos grasos insaturados, antioxidantes y fibra, ha demostrado en estudios clínicos ser eficaz en la reducción del colesterol y la presión arterial, disminuyendo así el riesgo de enfermedades cardíacas.

Control de peso y metabolismo: el enfoque en alimentos integrales y frescos mejora la saciedad y el gasto energético. Favorece el mantenimiento de un peso saludable y promueve un metabolismo adecuado.
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Reducción de la inflamación: el alto contenido en ácidos grasos omega-3 y antioxidantes de la dieta nórdica contribuye a la reducción de la inflamación crónica, un factor de riesgo en muchas enfermedades modernas.
La dieta nórdica, sostenibilidad y tendencias actuales
Un componente distintivo de esta dieta es su enfoque en la sostenibilidad. El uso de ingredientes locales y de temporada reduce la huella de carbono y fomenta métodos agrícolas sostenibles. Esto la hace atractiva para un público cada vez más consciente del impacto ambiental de sus elecciones alimenticias.

El paralelismo con la dieta mediterránea no solo se encuentra en sus beneficios para la salud, sino también en su adaptabilidad a distintos paladares y preferencias culturales. Sin embargo, la dieta nórdica ofrece una solución más adecuada para quienes viven en climas más fríos y desean aprovechar ingredientes autóctonos.